En mayo la inversión y el consumo privado, dos indicadores del desempeño del mercado interno, frenaron su avance. El primero cayó 1.27 por ciento frente a abril, mientras el segundo –después de 10 meses consecutivos de crecimiento– retrocedió 0.4 por ciento, informó este viernes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El nivel observado en la inversión fija bruta (IFB), medición que muestra el comportamiento del gasto que realizan las empresas en maquinaria, equipo de transporte y construcción, está 2 por ciento por debajo del nivel anterior al covid-19 y se colocó en un nivel similar al registrado en agosto de 2004.
El tropiezo mensual del indicador que mide el gasto que realizan las empresas para crecer a futuro, se explicó por la caída en la inversión destinada a la construcción en mayo, la cual fue de 2.7 por ciento frente a abril.
La maquinaria y equipo descendió uno por ciento respecto a abril, dato que fue impulsado sobre todo por la caída de 3.6 por ciento de la compra de maquinaria, equipo y otros bienes nacionales.
A tasa anual, la inversión creció 5.5 por ciento, dato que fue impulsado por el avance de 13.4 por ciento en la compra de maquinaria y equipo, mientras que el gasto en construcción disminuyó 1.2 por ciento.
Janeth Quiroz Zamora, analista de Grupo Monex, señaló en su cuenta de Twitter que la caída de la inversión es la cuarta en los pasados 12 meses.
“El rezago de la inversión fija bruta se debe, en buena parte, a la parálisis de la construcción. El máximo previo se alcanzó en julio de 2008, hace casi 14 años. Lo más preocupante es que la tendencia aún no logra revertir su trayectoria descendente y está en niveles de agosto de 2004”, dijo.
Grupo Monex señaló que el resultado de mayo “deja ver que fomentar la inversión sigue siendo uno de los grandes pendientes en el marco económico, sobre todo a través de la generación de certidumbre en las condiciones a largo plazo y el respeto al estado de derecho, que son dos factores centrales para las decisiones en este sector”.
Gabriela Siller Pagaza, directora de análisis económico de Base, comentó en la misma red social que la IFB, necesaria para el crecimiento económico a largo plazo, registra un rezago de 11.98 por ciento respecto a su máximo histórico, alcanzado en julio de 2018.
Consumo frena dinamismo
Aunque el consumo privado –que se refiere a la compra o adquisición de bienes y servicios de los hogares mexicanos– desaceleró su ritmo 0.4 por ciento real frente a abril, con lo que frenó su mejor racha desde 1994, a tasa anual avanzó 6.3 por ciento. El comportamiento negativo en mayo se explicó por la contracción de 0.7 por ciento en la adquisición de bienes y servicios nacionales, mientras la adquisición de bienes importados avanzó 0.6 por ciento respecto de abril.
El crecimiento anual del indicador fue impulsado por el avance de 12.8 por ciento en la compra de bienes importados.
El componente de bienes y servicios nacionales aumentó 5.3 por ciento frente a mayo del año pasado.
Quiroz Zamora destacó en la misma red social que si bien rompió una racha de 10 meses seguidos de crecimiento, “se ha expandido 2.6 por ciento desde su nivel que tenía antes de la pandemia. El máximo de la serie se sitúa en abril de 2022”.
Analistas de Ve Por Más apuntaron que la debilidad en el consumo puede atribuirse al repunte observado durante mayo en la tasa de desempleo y al efecto de la elevada inflación sobre el salario real, por lo que anticiparon que el gasto se desacelere más en el segundo semestre del año.