Sabinas, Coah., Familiares de los mineros atrapados en una mina de carbón que se derrumbó e inundó el miércoles en la comunidad Villa de Agujita mantienen la esperanza de encontrarlos con vida, por lo que, mientras aguardan un milagro, hacen guardia en el lugar del percance, entre plegarias y súplicas a las autoridades para que aceleren las labores de rescate.

Juana Tijerina no se ha movido del lugar. Su hermano Raymundo es uno de los cinco trabajadores que lograron salir poco después del accidente, pero allá abajo, a 60 metros de profundidad, está su otro hermano, Hugo, quien no corrió con la misma suerte.

La tragedia y la fortuna envolvió al mismo tiempo a sus seres queridos. Su tercer hermano, Luis, tuvo la suerte de no llegar a tiempo la mañana del 3 de agosto para abordar la camioneta en la que trasladaron a los trabajadores hasta los pozos, por lo que regresó a casa.

Juana tiene la esperanza de que su hermano y al menos algunos de los obreros que están dentro de tres pozos interconectados hayan encontrado algún punto donde resguardarse; las oraciones de ella y un grupo de personas que sufren la misma angustia se escuchan en medio del ruido que producen los trabajos de rescate. “Queremos que traigan bombas más grandes para que saquen el agua o algo que nos ayude a que salgan más rápido, porque no ha bajado nada el líquido desde ayer (miércoles)”, manifestó la mujer.

En caso contrario, pidió que al menos le sea entregado el cuerpo “porque es mucha la desesperación de pensar que no podríamos siquiera despedirnos; mi corazón me dice que está vivo, pero sabemos lo que es y las horas que han pasado”.

La desesperación también invade a Jaime, porque su primo de 61 años, que lleva su mismo nombre y se apellida Montelongo, es uno de los hombres que no han sido localizados.

En febrero de 2006 su hermano falleció junto con otros 64 mineros en Pasta de Conchos y tras esa amarga experiencia pide a las autoridades que traigan más equipo para lograr sacar, lo antes posible, el agua que inundó la mina.

Relató que la gente que espera noticias de sus allegados se organizó para hacer guardias durante la noche, pero hasta ayer no vieron avances significativos en la extracción, por lo que presumen que aún hay corriente de agua en la zona.

Consideró que este accidente refleja que no se han tomado las medidas adecuadas a pesar de anteriores experiencias amargas; “no se ha priorizado la seguridad”, lamentó.