Louisville. El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció ayer los cargos civiles contra cuatro policías de Louisville, Kentucky, por la redada antidrogas que condujo a la muerte de Breonna Taylor, una mujer negra, y cuyo tiroteo fatal contribuyó a las protestas por la justicia racial que sacudieron al país en 2020.

El proceso jurídico que se inicia busca responsabilizar a las fuerzas del orden por el asesinato de la trabajadora médica de 26 años después de que uno de los oficiales quedó absuelto de los cargos estatales a principios de este año.

Los funcionarios federales “comparten, pero no pueden imaginar completamente el dolor” que siente la familia de Taylor, expresó el secretario de Justicia, Merrick Garland, al anunciar los cargos.

“Breonna Taylor debería estar viva hoy”, agregó. La imputaciones van desde conspiraciones ilegales, uso de la fuerza y obstrucción de la justicia, explicó.

Los señalados de responsables son los ex oficiales Joshua Jaynes y Brett Hankison, así como los agentes en funciones Kelly Goodlett y el sargento Kyle Meany. La corporación de las fuerzas del orden de Louisville comunicó que ya comenzó los procedimientos de despido contra Goodlett y Meany.

Activistas locales y allegados de la víctima celebraron los cargos y agradecieron a las autoridades federales.“Este es un día en que las mujeres negras vieron la igualdad de justicia”, declaró el abogado Benjamin Crump.

Algunos miembros de la familia Taylor y otros simpatizantes se reunieron en un parque del centro y corearon “¡Di su nombre, Breonna Taylor!” La madre de la asesinada, Tamika Palmer, manifestó que ha esperado 874 días para que la autoridad rinda cuentas.

Taylor fue asesinada a tiros por policías de Louisville que derribaron su puerta mientras ejecutaban la orden de allanamiento. El novio de la víctima disparó un tiro que alcanzó a uno de los agentes cuando entraban por la puerta y respondieron al fuego, baleando a Taylor varias veces.

Nueva condena colateral por matanza en escuela

Un jurado de Texas resolvió que el comunicador y teórico de la conspiración de extrema derecha Alex Jones deberá pagar 4.1 millones de dólares en daños a los padres deun niño que murió en el tiroteo de 2012 en la escuela Sandy Hook.

El jurado deliberó durante un día antes de decidir la cantidad de daños compensatorios que Jones debía retribuir por afirmar falsamente que el tiroteo en la primaria fue un “engaño”.

Jones, de 48 años, alegó durante años en su programa que el tiroteo de Sandy Hook fue un “montaje” de los activistas del control de armas y que los padres eran “actores de la crisis”, pero desde entonces ha reconocido que fue “100 por ciento real”.

Jones, fundador del sitio de Internet InfoWars y presentador de un popular programa de radio, ha sido declarado responsable en múltiples demandas por difamación presentadas por los padres de las víctimas del tiroteo de 2012 en Newtown, Connecticut, que dejó 20 niños y seis maestros muertos. La indemnización fijada ayer es mucho menor a los 150 millones de dólares reclamados por los demandantes, Neil Heslin y Scarlett Lewis, los padres de Jesse, de seis años que murió en el tiroteo contra la escuela.

En otro asunto, la policía de un suburbio de Denver informó que busca a un hombre que el pasado 23 de julio roció combustible a dos clientes en una gasolinera después de confrontarlos porque hablaban español y “no pertenecen aquí”.