Ciudad de México. Luego de que el saxofonista estadunidense Stan Getz fuera seducido por la música que se hacía en Brasil a principios de los años 60, organizó un concierto en el Carnegie Hall de Nueva York, donde se dio a conocer “el movimiento de la bossa nova al mundo”.
El pianista Joao Henrique en entrevista agregó: “La importancia de recordar este acto, radica en que sin él tal vez la bossa nova hubiera tardado más años en ser conocida a escala internacional”. El músico es artífice y encabezará el concierto en homenaje a ese ritmo que se realizará el 20 de agosto en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.
El brasileño, quien reside en México desde hace más de cuatro décadas, recordó que al concierto, realizado el 21 noviembre de 1962, Getz llevó una caravana de jóvenes músicos de Río de Janeiro a Nueva York, lo cual significó “el nacimiento” de la bossa nova fuera de Brasil. “Entonces –enfatizó– había poesía en el aire.
“Ese grupo de más de 20 artistas estaba formado por jóvenes que se abrían paso con un género en el que confluían ritmos desde la samba hasta el jazz. Entre ellos estaban músicos como Antonio Carlos Jobim, Joao Gilberto, Sergio Méndes, Oscar Castro Neves, Luiz Bonfá, Vinicius de Moraes, Carlos Lyra, Milton Banana, Roberto Menescal, Carmen Costa y Ana Lucía.”
Desde entonces, añadió Joao Henrique, “se empezó a difundir esta música y se grabó La chica de Ipanema, Desafinado, Corcovado e Insensatez. Las canciones que se hicieron en esa época y la poesía de Vinicius de Moraes propiciaron que la música de Brasil se diera a conocer alrededor del mundo”.
La bossa nova “es una variación rítmica de la samba, una música muy movida, alegre y perfecta para bailar, así como lo es la salsa o los sonidos caribeños; sin embargo, los músicos brasileños empezaron en este género luego de ser influenciados por la onda del jazz y el bolero, que penetraron en Brasil en la época de oro del cine”.
Sensual, alegre e introspectiva
Este género “más sensual, alegre y de introspección, es como si fuera un trago suave de vino. La bossa nova bajó el ritmo de la samba, que la vuelve más melódica, armoniosa y lenta. Prácticamente es para bailar apretadito y la gente casi ni se mueve” en un momento que se torna mágico por “el espíritu del romanticismo en el aire”.
En el homenaje, destacó Joao Henrique, se incluirán las canciones más representativas del género, de los compositores y de los poetas de aquella época, de tal forma que se interpretarán, además de los temas mencionados, O pato y Aguas de marzo.
Participarán los guitarristas Roberto Arballo y Marco Morell; los bajistas Jesús Puebla, Marcos Milagres y Miguel Ángel González; los bateristas Mario García y Mauricio Blas; los percusionistas Romeo Aguilar, Carlos Aguilar y Edenir López; el flautista y saxofonista Jako González; Joe D’Etienne, en el flugelhorn, así como Kathia Lizcano, en el piano y la voz, acompañados de un coro formado por Katy Barbosa, Joana de Almeida, Giovanna Sastré, Thay Luna, Janine Haneine, Elizabeth Meza y Rafael Mendoza.
Joao Henrique dirigirá al ensamble, que recordará el concierto del Carnegie Hall a 60 años de distancia. Algunas de las canciones serán traducidas, para un mejor entendimiento de la poesía contenida en ellas y el público disfrute de un momento pleno, de poesía y música.
Joao Henrique, quien también conduce el programa Canta Brasil en Horizonte Radio, recordó: “Toda la escuela pianística de mi generación en Brasil, los músicos que tenemos más de 50 o 60 años de edad, pasamos por ese género, vivimos esa época y heredamos la música popular brasileña, como se le llamó a la bossa nova”.
Sostuvo: “La magia de este estilo musical contagia a todo el público que lo escucha por su belleza melódica, su poesía romántica, su armonía sofisticada, así como por su ritmo cadencioso y sensual. Transporta de modo imaginario a las arenas de Río de Janeiro, esa ciudad maravillosa, cuna del movimiento llamado bossa nova”.
El concierto Un homenaje a la bossa nova, en el que “las protagonistas serán las canciones”, se realizará el 20 de agosto a las 19 horas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, ubicado en Donceles 36, cerca de la estación Allende del Metro, Centro Histórico.