La actual sequía en la zona metropolitana de Monterrey (ZMM) es similar a la ocurrida entre 2011 y 2012 en la región y la magnitud de la crisis se podría explicar por extracciones ilegales no declaradas ante la autoridad o superiores al volumen permitido, por lo que son necesarias medidas efectivas de gestión hídrica, como el decreto presidencial de la semana pasada, sostuvo Agustín Breña, experto del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).
En el análisis Monterrey y su día cero, consideró que el declive de los niveles de las presas que abastecen a la ZMM ha sido gradual, “por lo cual las condiciones de sequía moderada de los últimos cinco años probablemente no hayan contribuido mucho a la magnitud de la crisis actual”.
Precisó que las causas que desencadenaron la escasez hídrica aún no han sido aclaradas de manera rigurosa.
Agregó que en un análisis preliminar de las condiciones de sequía y de la evolución de los almacenamientos hídricos, tanto a escala local como regional, se encontró que en todos los municipios de Nuevo León la escasez de agua ha sido un fenómeno recurrente desde 1980, aunque estos episodios no suelen extenderse más de tres años.
Disponibilidad decreciente
En un periodo de alrededor de 40 años, la sequía de 2011-2012 “ha sido probablemente la más severa, no sólo en estos municipios, sino en toda la cuenca binacional del río Bravo”, señaló.
Después la situación mejoró, pero hubo una sequía corta durante la temporada de estiaje de 2020-2021, por lo cual se debe considerar el impacto de las actividades humanas, consideró.
Breña indicó que en la región de las presas El Cuchillo y Cerro Prieto la tendencia de los últimos 20 años ha sido negativa, en gran parte por la sequía de 2011-2012, y desde 2015 por causas antropogénicas, es decir, ocasionadas por la acción humana.
Las condiciones actuales son similares a los de 2012, “con la diferencia de que en ese entonces ni los almacenamientos superficiales se encontraban en mínimos históricos ni el acuífero de la ZMM presentaba abatimientos en sus niveles estáticos”. Advirtió que a escala regional la tendencia ha sido negativa, por lo que “se infiere que la región cuenta cada vez con menor disponibilidad hídrica”.