La trata de personas es el tercer negocio más lucrativo a nivel mundial que supone un bajo riesgo de castigo para los perpetradores y lleva a las víctimas, que son 96 por ciento mujeres jóvenes y niñas, a pasar por una red de traficantes y flujos, afirmó la fiscal general de Justicia, Ernestina Godoy Ramos.
Al dictar la conferencia magistral La trata de personas en la Ciudad de México: situación y retos en la procuración de justicia, explicó que los tratantes pueden ser miembros de redes criminales y sofisticados.
La mayoría de las veces están involucrados en otros delitos graves, como tráfico de drogas y armas, terrorismo, soborno y corrupción, o criminales locales que actúan de manera aislada y son poco sofisticados, detalló.
Dicho fenómeno, que se caracteriza por la cosificación del ser humano, es una esclavitud contemporánea y cualquier persona puede ser víctima.
Los métodos más utilizados son la seducción, el engaño o el aprovechamiento de vulnerabilidad, aunque también pueden ser captadas mediante la privación de la libertad, la coacción o la fuerza pública.
El número de denuncias de este ilícito, que tiene diversas modalidades, ha aumentado, por lo que la campaña Con trata no hay trato, que presentó durante su conferencia, brindará mayor información al respecto, dijo.
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Nashieli Ramírez, advirtió, a su vez, que la pandemia, la precarización social y laboral, el alza de la digitalización y la movilidad humana aumentan los riesgos de trata, pero hay una baja judicialización de las denuncias.
Por su parte, Nayelli Sánchez, de la oficina de la ONU contra la droga y el delito, destacó que en los pasados 15 años las niñas y niños significaron una de cada tres víctima, proporción que se ha triplicado.