Casi tres cuartas partes de la población en México hoy tiene anticuerpos contra el coronavirus, es decir han estado expuestos al mismo por haber tenido la infección o por haber recibido la vacuna. El porcentaje es tres veces más elevado respecto de lo detectado en 2020, reveló la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2021.
Ayer se presentaron los resultados de las entrevistas realizadas a 12 mil 619 personas entre agosto y noviembre de 2021. Es representativa de los más de 36 mil hogares que hay en el país, explicó Eduardo Lazcano, director del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), organismo encargado de la encuesta.
El estudio también encontró que de las personas que tuvieron covid-19, 62.5 por ciento reportaron haber sufrido alguna secuela después de haber sido dados de alta o un mes posterior al inicio de la infección, mientras que 34.4 por ciento expresaron que las secuelas aún persistían al momento de la entrevista.
Sobre la atención médica que buscaron los afectados, se identificó que 76 por ciento de quienes tuvieron un diagnóstico de covid no buscaron atención médica por considerar que su caso no era tan grave.
Pero de quienes acudieron al médico, en su mayoría (70 por ciento), lo hicieron en el sector privado, explicó Arantxa Colchero, investigadora de la Dirección de Innovación de Servicios y Sistemas de Salud del INSP.
Esto repercutió en un mayor gasto económico para las familias. La especialista resaltó como un problema la falta de evidencia de que los servicios particulares sean de buena calidad, sobre todo en los consultorios adyacentes a farmacias (CAF). Más bien, dijo, las investigaciones realizadas en ese sentido han documentado la carencia de tal condición.
Destacó que en la nación no existe regulación del sector privado en ese ámbito y lo más preocupante son estos CAF, donde prevalecen los incentivos para los médicos que prescriban medicamentos que los pacientes compran ahí mismo.
A ello se suma, indicó la investigadora, que los galenos suelen estar menos calificados para atender a los enfermos.
Al respecto, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, resaltó que esa menor calidad de los médicos en los consultorios que están a un lado de las farmacias es consecuencia de contrataciones precarias, incluso violatorias de las leyes laborales. Quienes trabajan en esos espacios “son víctimas de explotación laboral y de presiones directas de los dueños de las cadenas de farmacias para que emitan recetas de productos que se venden en la misma farmacia”.
Reconoció que en el país se necesita una regulación profunda en este terreno. Lo ideal es que no existan los CAF, pero también es cierto que se requiere incrementar la oferta de servicios públicos, como se busca ahora, a través del programa IMSS-Bienestar, en los 16 estados de la República que han decidido sumarse a la estrategia para las personas que no cuenten con seguridad social.