“A veces tengo pensamientos suicidas. No estoy muy orgulloso de eso”, cantaba recientemente Stromae en un noticiero de la cadena de Francia TF1. El video dio la vuelta al mundo. El artista belga, reconocido en Europa y Estados Unidos, volvía a escena después de superar una depresión. “Aunque vendamos sueños, sigue siendo una profesión y, como en cualquier profesión, cuando trabajamos demasiado, llegamos al agotamiento”, declaró el intérprete francófono.
L’enfer (El infierno), parte de su disco Multitud, es un grito para llamar la atención sobre los problemas mentales que ha generado la pandemia o la presión de la popularidad para numerosas estrellas. Stromae, creador de un pop-rap con letras inteligentes, primero se retiró en 2015 por una dura enfermedad, y después, compartió que sufría depresión.
Paul Van Haver, nombre de pila del músico, decidió retirarse de la música por cuestiones de salud mental. De madre belga y padre ruandés (que murió durante el genocidio en ese país africano), Stromae –nombre que proviene de la jerga francesa de la calle, al desordenar la palabra maestro–, es compositor y productor. Ha desarrollado su carrera en el hip hop y la música electrónica, pero termina creando piezas pop muy eclécticas. Saltó a los reflectores en la industria con rolas como Alors on danse, Papaoutai y Tous les mêmes, o Formidable.
Figura en Europa y en Estados Unidos
Con dos álbumes bajo el brazo, Cheese, de 2010, y Racine carrée, de 2013, se volvió una figura en Europa e incluso Estados Unidos, donde participó en el festival de Coachella.
Ahora, presenta otra pieza de su reciente álbum, editado en 2022, esta vez en colaboración con Camila Cabello. Se trata de un remix de su sencillo Mon amour. Por lo que ofrece una entrevista a The Independent sobre su regreso después de un paréntesis de años.
A Stromae le gusta ponerse en situaciones inusuales. En 2013, el músico belga-ruandés tropezó borracho por una calle empapada de lluvia en Bruselas, mientras los transeúntes lo miraban o filmaban en sus teléfonos. “¿Tuvo una noche difícil?”, le preguntó un oficial de policía preocupado. “Soy un gran fan suyo... cuídese”. Las imágenes de estas escenas de la vida real se convirtieron en el video musical de Formidable. Dos años más tarde, se vistió con un extravagante combo de pantalones cortos y camisa (con calcetines a juego), saliendo de un taxi mientras anunciaba que planeaba “conocer a todos (sus) fanáticos estadunidenses”. Actuó en un Times Square desierto, más tarde arrastrando su computadora portátil y su teclado a través del Metro. Este fue el video musical de Papaoutai.
Genio enigmático
Se sintió claramente fuera de lugar en la MET Gala de este año, en mayo. “Fue estresante, mi primera vez”, afirma. No tiene ningún interés real en el mundo de las celebridades. “Vivo en Bruselas; no hay celebridades allí”, bromea el hombre de 37 años. Stromae es un genio anómalo y enigmático, y multinstrumentista excepcional.
Lanzado en enero, Multitud, su tercer disco, marcó su regreso al estudio. Alors on danse, de su debut Cheese, fue un himno con letras que hablaban a una generación afectada por el desempleo, la deuda y la apatía social. En una entrevista, Stromae señaló que el éxito de esa rola fue tan abrumador que le dijeron que sería una maravilla de un solo éxito. “Puse mucha presión sobre mis hombros”, comentó ahora, que se da tiempo después de la prueba de sonido en una carpa vacía, detrás del escenario de un festival en Lisboa, Portugal. “Ni siquiera recuerdo que alguien me dijera: ‘Eres una maravilla de un solo golpe’. Me lo estaba diciendo a mí mismo”. Sin embargo, pronto demostró que estaba equivocado.
Su segundo álbum incluyó el frenético Papaoutai (Daddy, Where Are You?), otro éxito. Esta vez, profundizó en la identidad de la figura paterna. Fue en 2015, mientras estaba de gira para promover ese álbum en África, que todo se derrumbó sobre sí mismo. Sufrió graves efectos secundarios de un tratamiento contra la malaria; después de un apagón en el escenario, dejó la gira por completo.
Tras experimentar pensamientos suicidas, de paranoia y alucinaciones, comenzó a recuperarse. Se casó en 2015 con su pareja a largo plazo, la diseñadora Coralie Barbier, y juntos dieron la bienvenida a su primer hijo, un segundo, tres años después. Fue por entonces cuando comenzó el trabajo en Multitud, en su nuevo estudio construido en Bruselas. “Ya sabía que iba a tomar esta dirección (para el álbum), ya que terminé Racine Carrée”, contó. En esos nueve años, no parece haber envejecido, con su apariencia andrógina, pómulos afilados y ojos verdes sorprendentes. “Sólo necesitaba un descanso, vivir mi vida, porque (hasta entonces) no tenía nada que decir”.
Lo que es inmediatamente evidente al escuchar su reciente disco es que Stromae no ha perdido nada de su capacidad para aprovechar las ansiedades y contradicciones del día. En 2013, el periódico francés Le Monde lo llamó una antena: “Extrae señales –la crisis, el sida, el medio ambiente, la misoginia, Twitter, la falsa riqueza– de su torre de control de Bruselas”.
Tramposo sórdido
Lo que Stromae transmite a su audiencia es una interpretación subvertida de esos temas. Una nueva versión de Mon amour, se entrega desde la perspectiva de un tramposo sórdido que intenta convencer a su actual novia de que no se desviará. Cabello también se une a él para el video.
“Quería hacer una canción de fiesta, pero algo diferente, así que escribí sobre la gente que está trabajando mientras estamos de fiesta. Primero pensé en Rosa y Alberto, quienes me ayudan en las labores del hogar, y el resto son personajes. Estoy cantando en las voces de los malos y horribles clientes que podríamos ser. Quería celebrar a Rosa y a los demás”, agregó.
Apareció en la televisión en el canal TF1 para anunciar su regreso en enero. Al principio, parecía una charla típica: la entrevistadora le preguntó sobre su salud mental y si su música lo ayudó a liberarse de los sentimientos de soledad. El tono cambió. Suaves acordes de piano se activaron, y Stromae miró a la cámara y comenzó a cantar.
Fue la presentación en vivo de L’enfer, y en Francia se desató un debate sobre si esto era un insulto a la integridad del periodismo, para permitir que un músico transmitiera lo que algunos consideraron un “anuncio” durante una emisión de noticias. “Me sorprendió la reacción, pero al mismo tiempo estaba muy feliz de tener el apoyo. Me encanta hacer las cosas de manera diferente”.
Multitud es la apoteosis de ese enfoque creativo, para fusionar la música folclórica con la chanson francesa, o un clavicémbalo de sonido elegante con los ritmos del funk de la favela brasileña. Estas influencias, imbuidas de un sentido de comunidad y narración, a menudo se yuxtaponen con temas de aislamiento, de personajes privados de derechos o despreciables.
Stromae empatiza con su esposa por el mundo misógino en el que vive. “Ese era el objetivo, la mezcla. Eso fue realmente importante para mí”, sostuvo. Le encantaría poder cantar en inglés, “pero no puedo y creo que soy más sincero (cuando lo hago en francés), incluso para el público no francés, puede sentir la sinceridad cuando cantas en tu idioma, más que si pruebas otro. Así que era importante, para mí, tomar esta dirección”, añadió.
Stromae es tan reacio a la idea de que podría estar aprovechando cualquier “tendencia”, en este caso el discurso pos-MeToo. “Es tan grande ahora, este problema, así que no quería estar, como cobrando, pero al final pensé que este es sólo mi punto de vista”. Y, como señaló, su canción será relevante durante algún tiempo.
Las dos últimas canciones del disco son gemelas, una triste, otra feliz. C’est que du bonheur (Nada más que alegría) celebra cómo el amor de Stromae por su hijo le salvó la vida a través de pañales llenos de caca y vómitos en todas partes. Es quizá la expresión más pura del tema general del álbum: con los altibajos vienen los descensos y viceversa. La vida contiene multitudes, al igual que el cantante.
Mon amour con Camila Cabello ya está disponible en plataformas, así como Multitud.
Traducción: Juan José Olivares