La deuda pública alcanzó 13 billones 249 mil 507 millones de pesos en la primera mitad de 2022. Se redujo uno por ciento respecto a junio del año pasado, baja ayudada por una mayor inflación, al tiempo que los intereses y costos de administración que se pagan por ella no han dejado de reflejar el alza en tasas de interés tanto en México como a nivel mundial.
Los reportes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público exhiben que al primer semestre, el costo financiero de la deuda –concepto bajo el que se agrupan los intereses y costos de administración– sumó 387 mil 255.6 millones de pesos, monto que equivale a subsidiar las gasolinas todo el año, según los estimados del gobierno federal, y que refleja un incremento de 1.9 por ciento respecto a junio de 2021.
La dependencia reporta que la reducción de la deuda pública en su medida más amplia –el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público– es resultado de un alza de 3 por ciento en las obligaciones internas, mientras se redujo 8.6 por ciento el endeudamiento externo, como parte de la política de reducir la exposición de las finanzas públicas mexicanas a los choques de los mercados internacionales.
Con un crecimiento tres veces más alto que el de la deuda pública interna, el costo que se paga por ella creció 9.5 por ciento entre junio del año pasado y éste, afectado por el encarecimiento del crédito. Mientras en el mismo periodo de referencia la tasa de interés del Banco de México pasó de 4.25 a 7.75 por ciento.
Como contraste, las obligaciones en mercados internacionales y divisas extranjeras se redujeron 13.8 por ciento, resultado de las amortizaciones que se han realizado desde los primeros choques por la pandemia de coronavirus.
Hasta ahora, esas obligaciones no se han disparado con el alza en las tasas de interés por parte de los bancos centrales de Estados Unidos y la Unión Europea.
El viernes pasado, durante la presentación de los Informes sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública, la Secretaría de Hacienda reconoció que el incremento en las tasas de interés seguirá pasando factura al costo financiera de la deuda, algo que se ha consignado desde enero, aunque los funcionarios de la dependencia aseguraron que hay margen para absorber este impacto.