Ciudad de México. Arranques a menos de 10 por ciento de su capacidad, retrasos en su inauguración y el cierre de otras instalaciones para concentrar la operación aérea en los nuevos desarrollos, son parte de las situaciones que se han registrado en los aeropuertos inaugurados en el mundo durante los último cinco años, tal como el Pekín-Daxing, el de Estambul y el de Berlín-Brandeburgo.
Como parte de esas nuevas instalaciones que se inauguraron a nivel mundial bajo la categoría de aeropuertos internacionales se cuenta el Felipe Ángeles (AIFA), en México, el cual no ha ampliado sus operaciones fuera del país, a la espera de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) recupere la categoría 1 de seguridad aeronáutica ante su par en Estados Unidos.
El 25 de septiembre de 2019 abrió el aeropuerto Pekín-Daxing, como una manera de aliviar las operaciones en el Pekín-Capital, este último el segundo más saturado del mundo. La instalación arrancó con siete aerolíneas que tuvieron vuelos inaugurales e implicó que menos de una semana después cerrara del todo el aeropuerto secundario de Pekín-Nanyuan.
El Pekín-Daxing es parte de las grandes obras de infraestructura que planea el gobierno chino, pero que han sido afectadas por los confinamientos impuestos por la pandemia de coronavirus y que tuvieron en la aviación uno de los sectores más afectados. También, hace casi un año, el 27 de junio de 2021, se inauguró el aeropuerto Chengdu-Tianfu, cuya operación está pensada para 60 millones de pasajeros.
Por su parte, el Aeropuerto de Estambul abrió el 29 de octubre de 2018 con cinco destinos, pese a tener capacidad para atender a 90 millones de pasajeros en su primer año de operación. La meta es que se siga desarrollando para que en 2028 pueda mover a 200 millones de personas.
Llevar el tránsito aéreo a la nueva obra implicó que cinco meses cerrara el aeropuerto de Atatürk, también en Estambul. Este último, fundado como aeródromo militar en 1912, dio servicio para vuelos comerciales en 1920 y hacia 1953 se volvió un aeropuerto internacional. Ya sin operaciones comerciales, en esa instalación aún se pueden recibir algunos vuelos de carga y aviones privados.
A su vez, el Aeropuerto de Berlín-Brandeburgo arrancó operaciones el 31 de octubre de 2020, luego de un retraso de al menos ocho años para su inauguración. La instalación inició con 23 salidas y llegadas y absorbió el tránsito del Berlín-Schönefeld y del Berlín-Tegel, este último cerró una semana después, el 8 de noviembre de 2020.
En general, los proyectos aeroportuarios de los últimos años se han enfrentado a la crisis aeronáutica que implicó la pandemia de coronavirus y han movido o reducido sus operaciones en los antiguos aeropuertos. México fue uno de los mercados con menor afectación porque las restricciones a la movilidad han sido mínimas.
A tres meses de entrada en operación, la AFAC no reporta el tráfico del AIFA, el cuál abrió en tiempo, pero con diversas limitantes. El gobierno federal decidió no cerrar el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), incluso promovió más operaciones en el de Toluca para consolidar el Sistema Aeronáutico Metropolitano.
Además de competir con el AICM, que se encuentra en el área urbana, el AIFA arrastra obras de conectividad incompletas, mientras el sistema de transporte ferroviario concesionado, que será el medio más rápido para llegar desde la Ciudad de México, está lejos de ser terminado.
A la par, la instalación en Santa Lucía no puede aumentar sus rutas internacionales hasta que México recupere la Categoría 1 ante la Federal Aviation Administration de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés), lo cuál no será en los próximos meses, han advertido las autoridades federales.