Entre denuncias que impugnan el método y la organización de las asambleas estatales de Morena por la previsible compra de votos, ratones locos, acarreos y cargadas a favor de “liderazgos” del partido que “utilizan recursos públicos para ganar espacios y presencia” en el Congreso Nacional, a celebrarse el 17 y 18 de septiembre en la Ciudad de México, este sábado y domingo se elegirán a las y los congresistas nacionales.

Mientras la cúpula del partido guinda califica el ejercicio de un acto democrático, las denuncias en contra de la dirigencia se incrementan y advierten del retorno de las “tribus acostumbradas a la coptación” y a las “prácticas viejas del corporativismo partidista”, similares a las priístas.

Entre los últimos sucesos que comenzaron a poner en duda el proceso destacan los cuestionamientos a Mario Delgado, el dirigente morenista, por su probable responsabilidad en no informar del número de aspirantes inscritos y en el descarte de 10 mil solicitudes de personas que supuestamente “no están comprometidas con el partido”.

A esto se añade que la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia ha comenzado a recibir denuncias por compra de votos.

Esa situación contrasta con el discurso oficial, que en sus mensajes y boletines insiste en que “Morena crece, se renueva de la mano del pueblo”. No obstante, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) acotó el llamado a la población abierta a votar este fin de semana, con el único requisito de presentar la credencial de elector.

La autoridad determinó que sólo podrán asistir los morenistas que acrediten que forman parte del mismo, y de no ser así, tendrán que afiliarse forzosamente con el llenado de un formato para votar por algún candidato.

De esta manera, el mensaje de Morena es que encarna los valores de “un partido abierto y plural en el que la gente toma las decisiones más importantes”. Y una vez que pasen sus asambleas estatales –mítines y movilizaciones en espacios públicos– el 30 y 31 de julio, para el 13 y 14 de agosto se celebrarán los congresos estatales para elegir dirigencias locales, y en esas mismas fechas las asambleas de mexicanos en el exterior para elegir congresistas.

De tal forma, el apurado procedimiento de institucionalización concluirá los días 17 y 18 de septiembre, cuando se celebre en la Ciudad de México el Congreso Nacional, donde se elegirá al Consejo Nacional y al Comité Ejecutivo Nacional.

En tanto, este sábado 30 de julio, de las nueve de la mañana a las cinco de la tarde se celebrarán las asambleas estatales en Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Tamaulipas, Zacatecas, Veracruz, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Campeche, Quintana Roo, Guerrero, Hidalgo, Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala, Colima y Michoacán.

Para mañana domingo 31, en el mismo horario, se llevarán a cabo en Durango, Jalisco, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato, Yucatán, Querétaro, Morelos y estado de México.

El requisito para la participación de los morenistas será la presentación de la credencial de elector y una solicitud de afiliación o bien el documento que ratifique la pertenencia a sus filas.

A las críticas a la dirigencia de Mario Delgado y su determinación de acelerar la institucionalización de Morena –cuando ya está en curso un proceso de sucesión presidencial adelantada– se suma el que está pendiente la actualización de su padrón de afiliados. Hay señalamientos del uso de los aparatos de los tres niveles de gobierno, de instituciones para movilizar a los beneficiarios de los programas sociales en respaldo de los “liderazgos” morenistas, así como el retorno de las tribus y grupos de interés.

Por tal razón se advierte un proceso de litigios que se dirimirá en el TEPJF, como ocurrió con la elección de la actual dirigencia, cuando Porfirio Muñoz Ledo puso en duda el triunfo de Delgado, al que acusó, entre otros argumentos, de uso de incuantificables cantidades de dinero en su campaña.