En Osvaldo Caldú convergían múltiples cualidades, desde su arraigada militancia política, por la que fue primero perseguido y luego reconocido dentro de su país natal, Argentina, y en otras latitudes de América Latina; hasta los oficios que desarrolló a raíz de sus pasiones personales y su historia, como herrero, cocinero, restaurantero y promotor de la cultura porteña; todo al mismo tiempo.
Caldú, quien falleció a principios de este año, llegó a México como refugiado. Tuvo que dejar Argentina tras haber sido detenido en 1975 y pasar un tiempo en España, de donde eran originarios sus padres, quienes, antes que él, habían tenido que exiliarse debido a la guerra civil. Fue entonces cuando emigró a México, donde la nostalgia lo volvió chef y restaurantero.
Varios años más tarde, en 1994, abrió en la colonia Juárez de la capital un restaurante al que llamaría El Asado Argentino. Desde ese lugar, se volvería promotor cultural, pues fomentó la realización de algunas de las primeras milongas en el país. También ahí se formaron muchas personas que ahora se dedican a bailar tango aquí.
“Siempre fue como para mantener un vínculo con la cultura, nunca un negocio; más bien como por amor al arte realmente, para mantener la cultura de mi papá”, explicó en entrevista José Luis Caldú, quien creció en ese restaurante.
Para él, ahora administrador de El Asado Argentino, ese espacio junto con la sucursal de Insurgentes Sur, son una suerte de “museo de la nostalgia”. Por eso ahora, de alguna manera, la labor originaria tendrá continuidad con el espectáculo Tango arrabalero, que busca ampliar el panorama desde el que se mira a la música y folclor rioplantenses.
“Hace referencia a los barrios villeros, que es donde surgió el tango en Argentina realmente. El l son los barrios de villas, son sus calles, a donde llegaban los inmigrantes; donde estaba la cultura popular”, señaló. De modo que la idea es profundizar más en los orígenes y variedades que forman el ambiente propio de Buenos Aires.
Aunque en México las milongas suelen pensarse como una manifestación propia de las clases altas, “en sus orígenes eran un baile popular y también en las letras del tango siempre se habla de problemas de barrio”, indicó José Luis.
Riqueza cultural
Además de tango, en el mismo ambiente conviven vals criollo, candombe, chacarera y milonga, pues la música es resultado de una mezcla que incluía la cultura de pueblos originarios, africanos y europeos.
Para él, este género se ha ido simplificando y por tanto limitando. “Buscamos intentar hacer una imagen más amplia de la cultura argentina y del tango, sin centrarnos sólo en los clásicos que tocan en todos lados, sino también en canciones menos conocidas y bailes populares que tal vez la gente no asocia con Argentina”, explicó.
Para lograr una experiencia más apegada a la del l porteño, considera que no sólo son necesarias la música y el baile, pues en las milongas la comida es también una parte importante para experimentar aquello que nunca abandonaron la mente y el corazón de su padre. Por eso el espectáculo a la par de una manera de homenajear a Osvaldo Caldú, es una de las facetas que más alegrías le daban.
Para él, un asado era “un rito en el que la gente por horas come y se reúne ante el fuego. Es una actitud frente a la vida. Si bien las parrillas son una institución de Argentina en México, acá se fueron por lo más simple: hacer excelente comida de carne y ensalada. La gente comenzó a pensar que los platillos argentinos son carne y ensalada. Era un sacrilegio cuando empecé a preparar mejillones y merluzas. El argentino desciende de un montón de nacionalidades”, señaló Osvaldo en alguna ocasión a este medio.
El espectáculo Tango arrabalero, con una duración de alrededor de dos horas, cuenta con 11 artistas en escena, entre músicos, cantantes y bailarines. “Es un musical; el maestro Paco Barrón dirigirá un contrabajo, violín y un bandoneón; habrá dos cantantes y dos parejas de baile que ejecutarán las danzas folclóricas”, detalló José Luis.
Constituye también una apuesta para la familia de Caldú, pues igual que muchos otros en el gremio restaurantero, “con la pandemia recibimos un golpe del que estamos lejos de recuperarnos, y con la estabilidad que hay ahorita y la inseguridad, es un riesgo, pero creemos en que la gente va a responder positivamente”, admitió.
El último viernes de cada mes hasta fin de año, se montará el espectáculo en El Asado Argentino del Sur (Insurgentes Sur 3874). Reservaciones, en el 55-5606-1820. La entrada cuesta 350 pesos, e incluye un coctel de bienvenida, o por 900 pesos se puede disfrutar del show y una cena.