Las demandas y necesidades de médicos pasantes son las mismas hace años. Se sabe que en los centros de salud de comunidades rurales están solos y en medio de carencias deben ayudar a la gente. “Muchas veces no hay ni los insumos básicos y te las arreglas”, relataron algunos que ya pasaron por el servicio social y ayer salieron a la calle a exigir garantías de seguridad
“Soy médico pasante y mujer ¿por eso me van a quitar la vida?” y “Estudié para salvar vidas, no para perder la mía” fueron algunos de los reclamos de unos cien estudiantes, internos y pasantes que marcharon del Monumento a la Revolución al Palacio Nacional.
Al inicio y durante el recorrido hicieron el pase de lista de una decena de doctores asesinados entre 2021 y 2022. Carlos Castillejos, estudiante de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, quien en agosto inicia su servicio social, señaló que la situación de violencia e inseguridad es conocida en el llamado “triángulo rojo”, en los municipios de Acajete, Tepaca, Tecamachalco y Acatzingo, entre otros.
Por el riesgo en esa y otras zonas del país, los egresados de escuelas y facultades de medicina plantean la desaparición del servicio social y que esas plazas se asignen a médicos contratados de manera formal, con salario y prestaciones, porque “la res-ponsabilidad no puede ser nuestra”.
La caminata transcurrió en silencio, todos portaban sus batas blancas y algunos cartelones con demandas: “No sabía que mi sueño de ser doctora me costaría la vida”.
Reubicación en caso de riesgo, entre demandas
Algunos iban por su cuenta y otros como integrantes de las asociaciones Médicos en Formación y Mexicana de Médicos Pasantes. Frente a Palacio Nacional, Eva Pizzolato, de la Universidad Juárez de Durango, leyó un pliego petitorio dirigido al secretario de Salud, Jorge Alcocer. Demandaron igualar la beca que reciben, de 2 mil pesos mensuales, a la de Jóvenes Construyendo el Futuro, de 5 mil 258 pesos.
También exigieron no asignar pasantes a zonas peligrosas; en particular a aquellas con desplazamiento de los habitantes, y la reubicación si el médico sufre algún percance o si hay peligro para su integridad.
Solicitaron la creación de un protocolo de atención para casos de amenazas, acoso o violencia, así como la presencia de seguridad en las unidades de atención médica.