Kiev. Las fuerzas ucranias, con armamento de Occidente, destruyeron parcialmente el puente estratégico de Antonovski, en Jersón, ciudad sureña ocupada por los rusos, al tiempo que se informó que esta semana tropas de Moscú destrozaron un almacén con más de 100 misiles estadunidenses para lanzacohetes múltiples Himars.
El puente de Antonovski es clave porque es el único que conecta la ciudad con la orilla sur del río Dniéper y el resto de la región de Jersón.
El jefe adjunto de la administración de la provincia de Jersón, Kirill Stremousov, informó que el bombardeo fue ejecutado con sistemas de lanzacohetes múltiples Himars, y aseveró que no hubo víctimas ni daños.
“Los que atacaron el puente han hecho que la vida sea un poco más difícil para la población. No tendrá ninguna influencia sobre el resultado de los combates”, agregó Stremousov, quien dijo que su ejército instalará puentes provisionales para atravesar el río.
El consejero de la presidencia ucrania, Mijailo Podoliak, tuiteó: “los ocupantes deberán aprender a nadar para atravesar el Dniéper, o salir de Jersón”.
El ministerio ruso de Defensa informó sobre el ataque, el 24 de julio, al almacén de armas ucranio en la localidad Liubimovka, región de Dnepropetrovsk.
Añadió que en el bombardeo murieron hasta “120 militares ucranios, así como mercenarios extranjeros y especialistas técnicos”.
Moscú dio a conocer ayer la destrucción de varios “puntos de despliegue temporal” del ejército de Kiev en la región sureña de Mikolaiv, en ataques que se saldaron con la muerte de 200 militares ucranios. El portavoz ruso de la Defensa, Igor Konashenkov, detalló que sus aviones destruyeron también 20 vehículos blindados. Destacó que en las últimas 24 horas, las fuerzas de Moscú atacaron personal y equipamiento ucranio en 142 distritos de Járkov.
Durante una visita a Benín, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, acusó a Rusia de ser “de las últimas potencias imperiales coloniales”, al lanzar “una guerra territorial en Ucrania”.
En tanto, el canciller ruso, Seguei Lavrov, aseveró desde Adís Abeba, donde está de visita, que “a excepción de dos o tres países en desarrollo, nadie en África, Asia o América Latina se ha sumado a las sanciones ilegítimas contra Rusia”.
Agregó que “Occidente no dudará en imponer sanciones a cualquier país que lo irrite” y que, por lo tanto, China podría ser “el siguiente” afectado.