En los pasados tres años, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) ha congelado mil 617 cuentas bancarias con más de 52 millones de dólares a raíz de presuntos casos de trata de personas. El delito es parte de redes internacionales sobre las cuales al menos 13 investigaciones se llevan a cabo con autoridades de otros países.
De acuerdo con un reporte del Departamento de Estado de Estados Unidos, el combate a la trata sexual y laboral en México tiene poco presupuesto para detectar, investigar y dar apoyo a las víctimas. El año pasado las autoridades federales iniciaron al menos 35 investigaciones federales y 621 estatales, siendo que en 2020 fueron 55 y 550, respectivamente.
Pese a que se abrieron pesquisas, en el ámbito federal no hubo condenas el año pasado, mientras en los estados se procesó penalmente a 75 traficantes, 65 de ellos por trata sexual y 10 por laboral. En general, “la falta de coordinación entre los inspectores laborales, las autoridades de justicia penal y los proveedores de servicios obstaculizó los esfuerzos para responsabilizar penalmente a los traficantes y brindar asistencia integral a las víctimas”.
El informe agrega que la coordinación entre los niveles de gobierno sigue siendo lenta para atajar este delito y son contados los estados que lo persiguen. En 2020 las autoridades de la Ciudad de México, estado de México, Baja California y Nuevo León realizaron más de la mitad de todas las investigaciones sobre trata, mientras en Durango, Guanajuato y Colima no se investigó ningún caso.
También se identificó que Veracruz, Tlaxcala y Guerrero tienen altas tasas de tráfico de personas, pero las autoridades de estos estados no condenaron a ningún traficante por lo menos por segundo año consecutivo. De acuerdo con el informe del Departamento de Estado, en los pasados cinco años los traficantes de personas explotan a víctimas nacionales y extranjeras en México en trabajos forzados en agricultura, servicio doméstico, cuidado de niños, manufactura, minería, construcción, turismo, indigencia y ambulantaje.
Además, “los traficantes reclutan y explotan a mujeres y niños mexicanos, y en menor medida a hombres, en el tráfico sexual mediante falsas promesas de empleo, relaciones románticas engañosas o extorsión. La mayoría de los casos de trata ocurren entre familiares, parejas íntimas o conocidos en las redes sociales”.
En el caso del trabajo, los reclutadores emplean prácticas de contratación engañosas y cobran tarifas para colocar trabajadores agrícolas en Estados Unidos; prometen salarios decentes y un buen nivel de vida, pero luego los obligan a realizar trabajos forzados por deudas y amenazas de violencia.
La mayoría de las víctimas provienen de El Salvador, Guatemala, Honduras y Venezuela, pero de acuerdo con asociaciones civiles también se han identificado a personas de Europa del Este, Asia y África.