América Latina y el Caribe se enfilan a la inflación más alta en 25 años. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el encarecimiento generalizado de bienes alcanzará 12.1 por ciento este año y 8.7 por ciento el próximo.
Esto implica que, al menos en las economías más grandes de la región –Brasil, Chile, Colombia, México y Perú–, la inflación se encontrará por arriba de los objetivos de los bancos centrales este año y el próximo.
Como parte de la actualización de las Perspectivas Económicas Mundiales, economistas del FMI advirtieron que “la inflación podría resultar persistente a raíz de la acumulación de shocks y la ampliación de las presiones sobre los precios”.
Esta situación se podría agravar si se debilitan las monedas de la región como consecuencia de condiciones financieras mundiales más severas y si aumentan las presiones salariales de remuneraciones que se ajustan con base en la inflación.
“En medio de un endurecimiento monetario mundial y una mayor incertidumbre económica, las condiciones financieras externas para América Latina y el Caribe están empeorando, lo que lleva a un aumento de los costos de endeudamiento y presiones cambiarias”, recalcaron economistas del FMI, entre ellos Ilan Goldfajn, director del Departamento del Hemisferio Occidental.
En este contexto, los integrantes del organismo recomiendan fortalecer las finanzas públicas y garantizar la sostenibilidad de la deuda mientras se apoya con medidas temporales a la población más vulnerable, y la política monetaria se enfoca en controlar la inflación y anclar sus expectativas.
El FMI reconoce que la región tuvo una “sólida primera mitad” de 2022, tan sólo en el primer trimestre alcanzó un crecimiento anual de 2.8 por ciento, por encima del 1.7 por ciento promedio de años previos a la pandemia.
Sin embargo, “los vientos están cambiando a medida que las condiciones financieras mundiales se endurecen y los precios de las materias primas revierten su tendencia alcista, mientras persisten las presiones inflacionarias”.
En 2022 se prevé que la economía latinoamericana crecerá 3 por ciento, por encima del 2.5 por ciento previsto en abril, mientras el próximo año, con “condiciones financieras globales más estrictas, menor crecimiento global, inflación persistente y crecientes tensiones sociales en medio de una creciente inseguridad alimentaria y energética”, la expansión será de 2 por ciento, por debajo del 2.5 pronosticado previamente.
El FMI subraya que, si bien Chile y Colombia “han experimentado un repunte particularmente dinámico, impulsado por un fuerte crecimiento en los servicios”, México aún debe recuperar su nivel previo a la pandemia, ya que el sector terciario continúa rezagado.