Las firmas tecnológicas de Asia, desde el fabricante de chips Samsung hasta el de pantallas LG Display, advirtieron de una fuerte desaceleración de la demanda de teléfonos inteligentes, televisores y aparatos, a medida que la creciente inflación y la creciente preocupación por una posible recesión reducen el gasto de los consumidores.
Los comentarios de los ejecutivos de alto rango de las empresas en Asia reiteran las advertencias de firmas de Estados Unidos y Europa, que dicen que los compradores con menores ingresos están dejando de lado artículos discrecionales y buscan productos básicos más baratos para sus necesidades diarias en medio de la incertidumbre mundial, la crisis en Ucrania y el impacto de los confinamientos por el COVID de China.
“A medida que se avecina una recesión, se espera que el consumo se desacelere en general, excepto para los bienes esenciales”, dijo el miércoles LG Display, un proveedor de paneles de pantalla para Apple y los fabricantes de televisores.
“Los fabricantes de televisores y los minoristas en general se están volviendo más conservadores en sus operaciones comerciales”.
Samsung Electronics, el principal fabricante mundial de chips de memoria y teléfonos inteligentes, dijo el jueves que “es probable que la demanda de PC y móviles vea una debilidad continua”.
También las empresas recortan costos
¿Aunque la demanda de los clientes de servidores o centros de datos se ve menos afectada por los problemas macroeconómicos, los clientes de servidores también tendrían que ajustar su inventario si se produce una recesión, advirtió la empresa surcoreana.
Los clientes de centros de datos respaldados por pesos pesados de la tecnología, como Microsoft y Alphabet, que han presentado trimestres muy buenos, han sido hasta ahora un punto brillante para los fabricantes de chips.
Pero el rival más pequeño de Samsung, SK Hynix, advirtió el miércoles de la ralentización del gasto de los clientes de teléfonos inteligentes y de los centros de datos.
“Recientemente, la confianza de los consumidores se ha ido reduciendo rápidamente debido a la creciente preocupación por la inflación y la recesión económica, y las empresas se están moviendo notablemente para recortar costos”, dijo.
En las últimas semanas, los fabricantes de chips estadunidenses, como Micron y AMD, también han señalado la disminución de la demanda tras una escasez de semiconductores de dos años que ha mermado la producción de electrónica de consumo y automóviles.
La taiwanesa también ha señalado que la demanda se estaba enfriando por parte de los clientes de electrónica de consumo, ya que utilizan sus propias reservas de chips.
Panasonic registró una caída de 39 por ciento en las ganancias del trimestre a junio y dijo que el riesgo de una desaceleración económica causada por los riesgos geopolíticos y la inflación a nivel mundial sigue siendo alto.
El conglomerado japonés indicó que la utilidad de su unidad de energía, que suministra baterías para vehículos eléctricos a Tesla, cayó principalmente debido a los mayores costos de las materias primas y la logística.
El mercado chino se estrecha
El fabricante de chips estadunidense Qualcomm dijo: “Esperamos que la elevada incertidumbre en la economía mundial y el impacto de las medidas por el COVID en China hagan que los clientes actúen con cautela en la gestión de sus compras en el segundo semestre”.
Las ventas de teléfonos inteligentes en China, el mayor mercado del mundo, cayeron 14.2 por ciento en abril-junio, mientras que los volúmenes alcanzaron el nivel más bajo de la década, informó el miércoles Counterpoint Research.
Aunque los analistas esperan una mayor demanda del iPhone que de otros teléfonos inteligentes, Apple ha anunciado esta semana descuentos en China, una medida que realiza ocasionalmente cuando las ventas son lentas.
Las empresas tecnológicas y automovilísticas con fábricas en China se han enfrentado a interrupciones en su actividad en la segunda economía del mundo debido a los confinamientos por el COVID-19, incluso cuando la guerra en Ucrania ha hecho subir los costos energéticos y logísticos.
Los confinamientos han pasado factura a la economía china, cuyo Producto Interno Bruto en el trimestre abril-junio creció al ritmo más lento en unas tres décadas, salvo una contracción en el primer trimestre de 2020.
A principios de este mes, la asociación de la industria automovilística china recortó su previsión de ventas para el año, ya que las medidas por el COVID pesaron sobre la demanda, que las autoridades intentan ahora reanimar con incentivos como la reducción del impuesto de compra de algunos coches.
Afectaciones para la industria automovilística
Toyota, el mayor fabricante de automóviles del mundo por ventas, ha visto afectada su producción en los últimos meses por la escasez de chips y las limitaciones de suministro en China, produciendo 9.8 por ciento menos de coches en el periodo abril-junio de lo que había previsto inicialmente.
General Motors, que informó de una caída de 40 por ciento en la ganancia del segundo trimestre, dijo que sus operaciones en China perdieron 100 millones de dólares en el periodo debido a las restricciones.
GM, uno de los referentes de la industria automotriz mundial, dijo que estaba reduciendo el gasto en previsión de una posible desaceleración económica, al igual que su rival Ford.
Hyundai, que, al igual que la empresa matriz de Uniqlo, Fast Retailing, ha visto cómo el valor de sus beneficios se ha incrementado por la fortaleza del dólar, advirtió que el aumento de la inflación planteaba algunos riesgos para la demanda en el segundo semestre.
Para los vehículos eléctricos, sin embargo, algunos analistas dicen que se necesitaría otro año para que las ventas se desaceleren, una opinión respaldada por LG Energy Solution, proveedor de baterías para Tesla.
LG Energy Solution señaló que esperaba una sólida demanda en la segunda mitad de este año.
Anteriormente, el jefe de Tesla, Elon Musk, ha dicho tener “una sensación súper mala” sobre la economía.