Alejandro Luna es una institución escénica en todo el mundo y ha sido calificado por sus pares de “genio de la luz” y “pilar fundamental del teatro mexicano”. Como homenaje al escenógrafo, la puesta Edipo: Nadie es ateo, escrita y dirigida por David Gaitán, ofrecerá dos funciones especiales en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.
La propuesta es una reinterpretación de la tragedia griega en la que el destino de Edipo está determinado a que asesine a su padre y a que comparta el lecho nupcial con su madre.
El diseño de escenografía e iluminación son de Alejandro Luna. La obra plantea, a partir de una argumentación basada en la premisa formal del vértigo, una disertación que busca arrojar luz respecto al concepto de verdad y su aplicación a contextos tanto íntimos como de política pública, es decir, está enfocada en la urgente y desesperada búsqueda de la verdad.
En la reinterpretación de Gaitán –basada principalmente en Edipo rey, de Sófocles–, la ciudad de Tebas está cubierta por cadáveres de animales que sin razón aparente han ido muriendo poco a poco.
Ante el desconcierto que la peste ha generado entre la población, el oráculo Tiresias advierte: “Un humano se coló entre las bestias. Secuestró todo el salvajismo disponible. Encuentren al animal y Tebas renacerá”. El rey Edipo, aferrado a restablecer el bienestar de su pueblo, comienza así una cacería ciega en pos del culpable. Carolina Politi, Adrián Ladrón, Diana Sedano, Ramón Morales y el propio David Gaitán integran la pieza, producida por Magnifico Entertainment.
Para el mejor entendimiento y disfrute, es importante subrayar que el mito de Edipo rey ha marcado la civilización occidental de manera tan determinante e incidido en tantas áreas (científica, social, afectiva y sicodinámica) de modo tan categórico que ha modificado su cualidad de simple relato a todo un concepto.
“Lo edípico hoy puede ser entendido como modo de relacionarse con los pares, la política y hasta la realidad. El peso de este antecedente, imposible de pasar por alto, determinó en buena medida la escritura de Edipo: Nadie es ateo y su puesta en escena”, reconoce Gaitán.
Se apela a una progresión en el relato y la reinterpretación de un mito por muchos conocido. “La obra aspira a generar una sensación de vértigo al estar planteada escénicamente como un acto único y rebota constantemente entre las pulsiones íntimas de los personajes y el efecto que éstas tienen en el terreno de lo público”, agrega. La reflexión particular que esta versión ofrece respecto a montajes tradicionales del mito es en torno a la verdad: “Para dar con el responsable de la peste que azota a Tebas, Edipo propone a su pueblo decir la verdad a toda costa, preguntar lo que no se sepa, activar las conversaciones que se tienen catalogadas de prohibidas y desmontar la censura”, advierte el director de escena.
De esa forma –completa Gaitán– el pueblo tebano relata, a través de cartas que se le leen a Edipo mientras descansa en el ojo de un huracán, cómo la práctica de la verdad es un camino viable para resolver todos los problemas: la verdad como una versión de la divinidad.
Edipo: Nadie es ateo se presentará en dos únicas funciones, el 13 de agosto a las 19 horas y el 14 a las 18 en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (Donceles 36, Centro Histórico, Metro Allende).