La emergencia de salud generó entre la comunidad estudiantil universitaria de México no sólo una pérdida de aprendizajes, también evidenció los desafíos tecnológicos y pedagógicos que impone la educación a distancia.
De acuerdo con el informe de la Encuesta Nacional Covid-19: La comunidad estudiantil ante la emergencia sanitaria, elaborado por la Secretaría de Educación Pública, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior y la Universidad Autónoma de Nuevo León, 40 por ciento de los alumnos consideró como regulares a malos los canales de comunicación con sus profesores; 51.3 por ciento no logró concentrarse en las clases en línea y 28.4 por ciento las percibió como una pérdida de tiempo.
Los resultados globales del sondeo, que contó con la participación de 273 mil estudiantes de 485 instituciones de educación superior del país, revelan que sólo 5.1 por ciento del alumnado cree que su situación académica mejoró considerablemente, pese a las suspensión de clases y actividades presenciales en sus campus.
Además, 13.5 por ciento indicó que su nivel académico tuvo alguna mejoría, 31 reportó que se mantuvo igual, 39 señaló que empeoró un poco y 11.3 por ciento que empeoró considerablemente.
En cuanto al tiempo que dedicaron los alumnos a sus actividades académicas, al menos 27 por ciento dijo destinar cuatro horas o menos a sus actividades escolares, aunque 31.1 por ciento aseguró dedicarse más de ocho horas al día, y 21 por ciento dijo que realizaba actividades académicas de 7 a 8 horas diarias.
El informe subraya que si bien la mayoría de quienes cursaban su carrera universitaria durante el periodo de confinamiento mantuvieron algún tipo de contacto con su universidad, 49.1 por ciento aseguró que la comunicación fue muy limitada (poco tiempo) con sus compañeros y sólo para cumplir con las actividades académicas solicitadas por sus profesores, y al menos 9.5 por ciento reportó que no tuvo contacto con sus compañeros.
El uso del tiempo durante la emergencia implicó diversos cambios. El 53.7 por ciento de los estudiantes señaló menor pérdida del mismo, debido a que no tuvo que trasladarse al campus universitario; 45.2 por ciento afirmó que logró aprovechar mejor el día, aunque 17.2 por ciento incrementó las horas destinadas al uso de redes sociales o videojuegos.