Río de Janeiro. Familiares y simpatizantes de la activista y concejala de Rio de Janeiro Marielle Franco, cuyo asesinato en 2018 sigue sin resolverse, inauguraron una estatua en su recuerdo este miércoles, día en que la defensora de los derechos humanos cumpliría 43 años.
Obra del escultor brasileño Edgar Duvivier, el monumento esculpido en tamaño real fue instalado en la plaza Buraco do Lume, en el centro de Río, donde Franco solía organizar reuniones y actos públicos para prestar cuentas sobre su trabajo en la Cámara de Concejales de Río de Janeiro.
"En una sociedad extremadamente racista, una estatua de Marielle Franco está aquí para recordarnos el mundo que queremos construir", dijo Monica Benicio, pareja de la concejala al momento de su muerte.
Negra, lesbiana y nacida en una favela, Franco fue asesinada a balazos junto a su chofer, Anderson Gomes, el 14 de marzo de 2018 cuando tenía 38 años, un episodio que conmovió al país y generó indignación también en el extranjero.
Militante del Partido Socialismo y Libertad (PSOL, izquierda), defendía con firmeza los derechos de los jóvenes negros, de las mujeres, de la comunidad LGBT+ y era muy crítica de la violencia policial en las favelas de Rio de Janeiro.
Casi un año después de su muerte, en marzo de 2019, los investigadores arrestaron a dos ex policías, Ronnie Lessa y Elcio de Queiroz, acusados respectivamente de efectuar los disparos y conducir el coche en el que la persiguieron a la salida de una reunión de trabajo.
Ambos niegan su participación y permanecen presos a la espera de un juicio. Pero hasta ahora la policía no determinó quién ordenó matarla ni por qué.
El monumento, que representa a Franco sonriendo, con su cabello afro parcialmente recogido y el puño izquierdo en alto, fue financiado por una colecta organizada por el Instituto Marielle Franco, una ONG dedicada a difundir su legado.
"Esta estatua y la gran cantidad de mujeres que hoy en día se ven reflejadas en Marielle Franco son una prueba de que (con su asesinato), ella no fue interrumpida", dijo la profesora Rose Cipriano, que estuvo con Marielle en su último compromiso público antes del asesinato, un debate de mujeres en el centro de Rio.
Franco fue la quinta concejala más votada de Río de Janeiro en las elecciones municipales de 2016, con más de 46 mil votos, y su figura inspiró numerosas candidaturas de mujeres negras a nivel municipal, estatal e incluso federal.