Madrid. Unas 900 personas han muerto desde febrero en la región de Karamoja, zona noreste de Uganda, a causa de enfermedades relacionadas con el hambre provocada por las malas cosechas y la sequía, informaron líderes locales citados por el diario Daily Monitor.
Las fuentes indicaron que las cifras recopiladas por las autoridades locales y los servicios de inteligencia apuntan a la muerte de más de 900 personas, principalmente niños y ancianos, en medio de la lentitud de la respuesta para hacer frente a la crisis.
La situación generó un nuevo factor de inestabilidad, como el aumento de enfrentamientos entre comunidades ante intentos de robo de cabezas de ganado, lo que llevó al ejército a detener a más de 400 personas desde mediados de mayo.
“Es difícil explicar nuestra situación a los forasteros hasta que visitan nuestros asentamientos”, señaló el jefe del subcondado de Lotisan, John Robert Adupa, quien añadió que en esta zona han muerto 22 personas a causa de enfermedades derivadas del hambre.
Hierven piel de cabras y vacas para comer
Destacó que “casi no hay nada que cosechar”, pues los cultivos prácticamente han desaparecido, “la gente necesita alimentos, algunos han recurrido a hervir pieles y pellejos de cabras y vacas para comer”.
El presidente del distrito de Kotido, Lote Paul Koder, aseveró que 626 personas, la mayoría ancianos y niños de entre tres y seis años, han muerto en los últimos cinco meses.
Robert Kennedy Okuda, oficial de producción de Kotido, afirmó que la mitad de los cerca de 165 mil residentes en el distrito no tienen suficiente para comer.
A estas cifras se suma la muerte de unas 260 personas en el distrito de Kaabong entre enero y julio. “La situación es mala”, manifesto el jefe local Jino Meri, quien comparó la situación con la hambruna que sacudió la zona entre 1979 y 1980.
Paulo Koder, presidente de Napal, confirmó el deceso 49 personas en su distrito.
La ola de calor que sacude la zona ha secado torrentes de agua que surgían del monte Moroto, lo que permitía las actividades agrícolas en la zona, donde cerca de ocho de cada diez hogares se encuentran en situación de inseguridad alimentaria, según estadísticas oficiales.
La región de Karamoja es una de las más pobres del país, con una población eminentemente rural.