Los Ángeles., Cerca de 6 mil 800 hectáreas de bosques en California, Estados Unidos, fueron incineradas por el Oak Fire, siniestro contenido apenas en 10 por ciento y que tiene un avance “muy rápido”, expusieron ayer los bomberos locales.

“Se está moviendo muy rápido y la ventana de oportunidad para desalojar las viviendas es limitada”, señaló Jon Heggie, un oficial de vulcanos de California, a la cadena CNN. Son más de 2 mil 500 los agentes de emergencias que combaten las llamas. El Oak Fire, que estalló el viernes, se extiende por el condado de Mariposa, cerca del Parque Nacional Yosemite y sus famosas secuoyas gigantes.

Hasta ayer, las llamas habían consumido 10 inmuebles, dañaron otros cinco y la amenaza se extiende a varios miles. Este “megaincendio”, según Heggie, es alimentado en particular por árboles muertos y arbustos secos. “Es un resultado directo del cambio climático”, aseguró el funcionario, recordando que sufren un estiaje de una década.

Las autoridades desplegaron 17 helicópteros y personal en tierra organizaba la evacuación de decenas de comunidades de Mariposa, declarado en emergencia.

El impacto del calentamiento global es visible también en estados centrales del país, como Kansas, Oklahoma y Misuri, cuyas temperaturas se encuentran próximas a 40 grados centígrados.

Los servicios meteorológicos pronostican altas temperaturas, incluyendo récords, en ciudades de la costa del Pacífico. Washington triplicó el gasto anual en reforestación a fin de hacer frente a un rezago en la replantación de un millón 700 mil hectáreas destruidas por los intensos incendios del cambio climático.

El financiamiento para el rearbolado del Servicio Forestal de Estados Unidos aumentó a más de 100 millones de dólares este año, como parte de las medidas para plantar más de mil millones de árboles en una década, objetivo que plantea el paquete de infraestructuras, comunicó el Departamento de Agricultura.

En Europa continúa la emergencia climática. El incendio que calcinó 13 mil 800 hectáreas de vegetación desde el 12 de julio en Landiras, Francia, está “controlado”, tras 12 días de lucha encarnizada, anunció a la prensa la prefecta del departamento de Gironda, Fabienne Buccio. Los dos siniestros de fuego declarados el 12 de julio a 50 kilómetros de distancia entre sí quemaron casi 21 mil hectáreas al sur de Burdeos.

En Grecia, los bomberos aún batallan contra las violentas llamas que amenaza el parque nacional Dadia, un “ecosistema excepcional” por su población de buitres en un momento en que el país vive una dura ola de calor, que según las previsiones prevalecerá 10 días con temperaturas de hasta 42 grados centígrados. Al cierre de este reporte, hay incendios activos en el norte, este y sur del país, incluida la turística isla de Lesbos.

Y en Asia, las autoridades chinas instaron a millones de habitantes a quedarse en casa debido al calor, y varias ciudades están en alerta roja. Shanghái alcanzó recientemente su récord en 149 años con 40.9 grados centígrados. El fin de semana, las provincias de Zhejian y Fujian registraron históricos 41 grados.

Pakistán declaró emergencia climática en la región de Karachi por las fuertes lluvias monzónicas que inundaron caminos y calles y que han causado la muerte a 310 personas y dañado 8 mi 798 casas. La provincia más afectada, de acuerdo con las autoridades, es Balochistán, con 100 fallecidos, y le sigue Singh con 70 muertos. Según la ambientalista Germanwatch, Pakistán ocupa el octavo lugar como país más vulnerable al clima extremo del calentamiento global.