A consecuencia de una inminente recesión en Estados Unidos, México entrará en esa misma crisis para mediados del siguiente año, cuando su producto interno bruto (PIB) tenga una contracción de 1.7 por ciento, frente al crecimiento de 1.8 por ciento previsto para 2022, advirtió este lunes Moody’s Analytics.

El proceso, señala la agencia de análisis, se iniciará en el segundo trimestre de 2023 y se prolongará hasta el cuarto trimestre del mismo año, cuando la caída del PIB será de 3.4 por ciento.

“Dada la creciente probabilidad de una recesión global en los próximos 12 meses, México no podría evitar una contracción económica causada por una recesión en Estados Unidos. En este escenario, México enfrentaría una prolongada inflación y una recesión con duración de tres trimestres. La recesión se extenderá hasta los primeros meses de 2024.

“La economía mexicana sale de la recesión en el primer trimestre de 2024 en sincronía con la economía estadunidense. La recuperación avanza en 2025 a medida que el mercado estadunidense se fortalece”, aseguró.

De acuerdo con un escenario modelado por la firma llamado La próxima recesión global, la economía mexicana se enfrentará a la combinación de algunos eventos desfavorables: la persistencia de choques de oferta en la economía global, altos precios de las materias primas y debilitamiento de la demanda interna ante la necesidad de una mayor restricción monetaria para abatir la inflación.

Lo anterior repercutirá en el nivel de desempleo y también en la política monetaria que siga el Banco de México (BdeM).

En este sentido, el director de Moody’s Analytics, Alfredo Coutiño, señaló que será desde finales de este año que la tasa de desempleo se eleve, y que “alcanzará un máximo en 2023 ante la pérdida de empleos generada por la recesión”.

Además vaticinó que el BdeM continúe con el alza de tasas de interés en un intento por atajar la inflación, pero al presentarse la recesión “la tasa de interés comienza a descender posteriormente a medida que la demanda interna se deprime”.