El pasado jueves, en Acapulco, el secretario de Relaciones Exteriores lanzó la que hasta ahora es su mayor apuesta, eventualmente propicia para deslindes, en el adelantado proceso sucesorio morenista: la encuesta para designar la candidatura 2024 “tiene que ser verificable, pública, transparente y que quede claro qué es lo que el pueblo quiere” (https://bit.ly/3cEq3fe).
Ayer, una recién aparecida organización denominada “Progresistas por la unidad y piso parejo”, bajo la conducción de Martha Lucía (Malú) Mícher Camarena, a quien Ebrard designó como una especie de coordinadora de precampaña, entró al detalle de la manera en que deberían realizarse tales ejercicios: cada aspirante nombraría una casa encuestadora, entre todos designarían una empresa supervisora, las preguntas serían acordadas por consenso y deberían ser similares a las que en 2011 se hicieron en la encuesta entre el ahora canciller y el ahora presidente de la República para decidir la postulación frente a Enrique Peña Nieto.
El posicionamiento de los marcelistas es crítico de la manera en que hasta ahora se ha conducido el proceso de corcholatización desde la dirigencia de Mario Delgado. Otro aspirante, Ricardo Monreal, ha rechazado el sistema de las encuestas de opinión, por considerarlas poco o nada fiables.
La multiplicación de las controversias en Morena se agudiza ante la gran maniobra de control centralizado que se pretende realizar sábado y domingo próximos, durante asambleas distritales en versión foxista, “votas y te vas”, en las que los miembros del partido en el poder tendrán el derecho de elegir consejeros, que luego designarán dirigencias estatales y darán pie al congreso nacional de septiembre, pero no de analizar y discutir la situación de su partido.
Las sesiones distritales están concebidas bajo un criterio clientelar, sin padrón actualizado y validado, con apertura a quien desee participar así sea a última hora, lo cual permitirá a grupos bien financiados hacerse de posiciones en la estructura de Morena que luego tomarán los liderazgos estatales y más adelante la definición del congreso nacional que desde ahora se ha etiquetado “para la unidad y movilización”. Ya se la saben: nada de discusiones, polemizar es darle armas al enemigo y todo pa’lante con la vista puesta en la zanahoria electoral.
Entre señalamientos de morenistas de base respecto a las aberraciones en curso (grupos caciquiles, priístas varios de ellos, volcados en la compra de votos y la manipulación; gobernadores metiendo abiertamente la mano, los programas sociales y “el recurso” para poner a sus peones en los cargos partidistas), la página de internet del partido “se cayó” (gulp: “La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa”, escribió Karl Marx).
En su cuenta de Twitter, Morena aseguró que la página www.morena.si había quedado deshabilitada temporalmente a partir de que se publicaron las listas de aspirantes a congresistas nacionales. La explicación ha sido ambigua: en la primera parte de un mismo párrafo se adjudica el fallo a “un tráfico inusual de usuarios” en razón del “interés de los simpatizantes” del partido por tales listas y, en seguida, se asienta que “hemos enfrentado constantes intervenciones y ataques cibernéticos” (https://bit.ly/3J2La6Y). A la hora de redactar esta columna seguía caída la mencionada página.
Y, mientras el Presidente de la República insiste en que no cederá ante las presiones de Estados Unidos y Canadá en materia de energéticos y en el contexto de las consultas relacionadas con el tratado comercial norteamericano, ¡hasta mañana, con Samuel García, gobernador de Nuevo León, recurriendo a un voluntarismo barato que ofende a sus “gobernados”: la solución a la crisis por falta de agua “es una nueva forma de pensar, de cuidar el agua (...) ya nos llegó, ya nos cayó el veinte, la pregunta es qué vamos a hacer hoy para poder vivir hoy con el vital líquido”!
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