Los videntes financieros, que pululan, no la vieron venir y del entusiasmo casi desbordado por ellos mostrado a principios del presente año (contagios por covid-19 en descenso, reactivación económica, incremento del intercambio comercial, mayor empleo, etcétera) pasaron a “un estado de cautela” (el ambiente global no es el deseado) y de ahí al abierto ataque de pánico ante la posibilidad de que el mundo enfrente una nueva recesión, en medio de la pandemia, los efectos de la guerra en Ucrania y un modelo económico inservible.
Mañana martes el Fondo Monetario Internacional (FMI) divulgará su “actualización de las perspectivas de la economía mundial” (una de las primeras que se conocerán por estos días) y el ambiente prevaleciente en el circuito financiero no resulta nada grato, pues desde ya el propio organismo advierte que el panorama global “se ha deteriorado significativamente y el nivel de incertidumbre es muy elevado. Los riesgos de contracción (léase recesión, especialmente en Estados Unidos) son hoy una realidad”.
La guerra en Ucrania ha “colaborado” para empeorar el panorama económico global y lo propio han provocado las alocadas e interminables sanciones a Rusia impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, con el ya conocido efecto búmeran: niveles de inflación no registrados en décadas, crisis energética y desabasto de alimentos, entre tantas otras cosas, que han generado una ola de protestas ciudadanas en los países sancionadores ante la impotencia de sus respectivos gobiernos de enderezar el barco.
Previo a la divulgación de las nuevas estimaciones del FMI, la directora gerente de esa institución, Kristalina Georgieva, advirtió que “las condiciones financieras mundiales se están endureciendo más de lo previsto, y las continuas alteraciones asociadas con la pandemia y los nuevos cuellos de botella en las cadenas mundiales de suministro están afectando la actividad económica”.
Así, la “actualización de las perspectivas de la economía mundial” del FMI de nueva cuenta recortará las proyecciones de crecimiento mundial para el presente año y el próximo, toda vez que “los riesgos de contracción continuarán y podrían incluso agravarse –en especial si persiste la inflación–, requiriendo políticas de intervención más contundentes que podrían eventualmente impactar en el crecimiento y exacerbar los efectos secundarios, en particular para los países emergentes y en desarrollo. Los países con alto nivel de endeudamiento y poco espacio para políticas enfrentarán presiones adicionales”, subraya Georgieva.
A lo anterior se suma la acelerada fuga de capitales del otrora llamado Tercer Mundo hacia paraísos fiscales y Estados Unidos, país que supuestamente es (era, en realidad) “refugio seguro” y “motor del mundo” (ahora ubicado en Asia Oriental, concretamente en China), actualmente destartalado, al igual que sus “aliados” europeos, quienes ya no sienten lo duro sino lo tupido.
Queda claro que el modelo neoliberal (defendido a capa y espada por, entre otros, el FMI) fracasó rotundamente (los privilegiados del minúsculo mundillo de los multimillonarios dirán exactamente lo contrario) y debe ser reemplazado de inmediato. Crisis tras crisis, recesión tras recesión, el único resultado ha sido que la voluminosa factura es pagada por la mayoría, mientras la minoría no deja de acumular riqueza y poder.
Crimen De lesa humanidad es que un selecto grupúsculo concentre el ingreso, la riqueza y el poder en el planeta, con gobiernos a su servicio, mientras el resto de los habitantes del planeta no tiene ni para lo más elemental. Por eso, la economía global –lo mismo que las nacionales– no puede seguir dependiendo –ni permitiendo– de los excesos, la voracidad, el saqueo, la mezquindad y los caprichos de una minoría igual de rapaz que de indolente ante una realidad social verdaderamente apabullante.
Habrá que ver la magnitud del recorte que aplica el FMI a la economía global y sus nuevos pronósticos, pero lo cierto es que el horno no está para bollos.
Las rebanadas del pastel
Arribó a México el primer grupo de médicos cubanos (bienvenidos) y a quienes ven fantasmas por doquier el presidente López Obrador les recuerda que “la salud no tiene que ver con ideologías, sino con derechos humanos; el gobierno federal ha decidido traer médicos, en principio, de Cuba, y si hay que traerlos de Estados Unidos, Rusia, Japón o Francia los vamos a tener aquí; el compromiso es llevar salud de calidad y gratuita a todos los rincones del país, en particular para las personas más vulnerables”.