Berlín. Un multitudinario Desfile del Orgullo de Berlín recorrió ayer la capital alemana en un clima festivo luego de dos años de suspensiones y restricciones por la pandemia de coronavirus.
La colorida marcha, también conocida como Christopher Street Day (CSD) y en la que los organizadores esperaban cerca de medio millón de participantes hasta última hora de la jornada, comenzó al mediodía local con una concentración y una lluvia de confeti en Sittelmarkt, en el barrio berlinés de Mitte.
La festiva procesión a favor de la tolerancia y la diversidad, con casi un centenar de carrozas con música electrónica, house y disco a tope en sus parlantes, siguió una ruta de 7.4 kilómetros a través de diversos barrios de Berlín para finalizar frente a la histórica Puerta de Brandeburgo. Allí estaba prevista una fiesta de cierre con diversas presentaciones en su escenario hasta la noche.
El CSD de Berlín, como se conoce localmente, es uno de los mayores eventos de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y queer (LGBT+) en Europa.
Los participantes reclamaron que se actúe contra la violencia y la discriminación y, a la vez, celebraron una megafiesta veraniega con mucha diversión. El lema del desfile este año es “Unidos en el amor. Contra el odio, la guerra y la discriminación”.
Unos 96 vehículos y al menos 80 grupos a pie de todo el mundo se sumaron al desfile. Según informaron los organizadores, ésta es la presencia más numerosa en las 44 ediciones de la marcha a lo largo de la historia.
En el contingente hubo un carro con ciudadanos de Ucrania, país que lleva cinco meses luchando contra la invasión rusa.
Muchos participantes se disfrazaron para la megafiesta, ya sea con trajes de plumas en rosa, pantalones con purpurina, faldas doradas, trajes de cuero negro con máscaras o simplemente ropa ligera de verano, todo estaba permitido.
También se sumaron algunas mujeres casi desnudas que se unieron al bullicio, otras participantes llamaron la atención con el pelo azul o rosa.
Miles de espectadores animados se situaron a lo largo del recorrido, muchos ondeando banderas arcoíris desde los edificios a lo largo de la procesión.
Los camiones esparcieron música, lluvia de confeti o niebla artificial, y a veces se balanceaban al ritmo cuando sus pasajeros bailaban en la zona de carga. Entre los vehículos desfiló un viejo autobús al que se le habían quitado las ventanillas y decorado de arriba a abajo con globos rojos y rosas.
También hubo mensajes políticos. En la inauguración, el titular del área de cultura de Berlín, Klaus Lederer, recordó la guerra rusa contra Ucrania.
“Miles de personas han huido, muchas de ellas homosexuales”. En Alemania se discrimina a las personas de esta comunidad, se quejó el político de izquierdas, que es abiertamente gay. Lederer instó a continuar la lucha contra la discriminación y a favor de la igualdad.
“Tenemos que emanciparnos”, sostuvo.
En los dos últimos años, los desfiles del Orgullo se celebraron en Berlín sólo de forma limitada a causa de las restricciones por el coronavirus.
En 2020, el desfile se canceló oficialmente, pero unos cuantos miles de personas salieron a la calle en un evento alternativo. En 2021, decenas de miles de personas se manifestaron en un desfile a escala bajo una estricta normativa por coronavirus y también se prohibió el alcohol.