En un acto que pareciera inverosímil, la respuesta fue de un significado profundo. El brasileño Dani Alves, quien presume un histórico palmarés, aseveró que el vínculo entre los Pumas y la Universidad Nacional Autónoma de México fue la clave para jugar con los felinos, pues pretende dejar un legado más allá de las canchas.

“Gracias por acompañarme en un día tan especial. Más allá del futbol y los logros, soy una persona a la cual le gusta dejar un legado a la gente más joven para que sigan luchando por sus sueños”, dijo sonriente durante su presentación como refuerzo de los auriazules.

“La universidad es la unión de la sociedad y donde todos pueden soñar, por eso tomé la decisión de venir. Quiero mandar un mensaje de que la vida se puede transitar de manera diferente, más humana, preocupados por la sociedad, y el lugar más hermoso para hacerlo es la universidad. Con el deporte queremos transformar vidas”, agregó en un ambiente festivo.

La efusión en la ceremonia no era para menos, Alves, el jugador con más títulos en el futbol con 44 cetros entre clubes y la selección brasileña, transformaba lo que parecía lejano; convertirse en refuerzo de Pumas, plantel con presupuesto modesto y ayuno de 11 años sin un campeonato, pero con una fuerte historia en el balompié de la Liga Mx.

Ante la presencia de los medios, el lateral de 39 años firmó un contrato que lo liga a Pumas hasta junio de 2023. El fichaje se concretó después de que el ex jugador del Barcelona aprobó los exámenes médicos.

En seguida tuvo su primera práctica con los auriazules, donde se mostró contento, saludando con entusiasmo a sus nuevos compañeros. Faltaba el último acto protocolario del día, el cual estaría cargado de simbolismos.

Escoltado por Leopoldo Silva, presidente del club, así como de jugadores de fuerzas básicas tanto de la categoría femenil como varonil, Alves salió a la cancha uno de las instalaciones de la Cantera. En las gradas, un pequeño grupo de La Rebel lo recibió con una estruendosa celebración entre banderines auriazules, bombas de humo, cánticos y hasta piropos para el lateral.

“Vengo de un pueblo muy chico (Juazeiro, Bahía), pero es un lugar muy rico en todos los aspectos, donde sale gente con muchas ganas de triunfar y de hacer cosas grandes en la vida. Venir aquí para algunos es una locura, pero va más allá de patear una pelota, quiero que el futbol siga transformando vidas. Soy la prueba viviente de que todo es posible. ¡Vamos Pumas!”, sentenció.

Al recibir Alves la playera de los Pumas, se resolvió otra de las incógnitas al revelarse que el brasileño jugará con el dorsal 33.

Con un par de dominadas, el flamante refuerzo exhibió su buen toque de balón y en el cierre de la ceremonia mandó un par de pases a los jugadores de fuerzas básicas, quienes incluso recibieron autógrafos del internacional.

Ahora sólo falta que el ex del Barça concluya los trámites de migración, por lo que se espera su debut para el miércoles en el duelo contra Mazatlán, ante la afición auriazul para marcar otro histórico episodio en el estadio Olímpico Universitario.