¿Cuántas vidas anteriores de personajes desconocidos pueden, por un breve tiempo, apoderarse de la sensibilidad e imaginación de un grupo de jóvenes actores? En Ven aquí (Jai Jumlong, 2021), el largometraje de ficción más reciente de la cineasta tailandesa Anocha Suwichakornpong (By the Time it Gets Dark, 2016), no sólo es el caso de la presencia misteriosa de esos personajes fantasmales; también los objetos, y en particular los sitios históricos, pueden jugar un papel parecido. Tal es el caso de un viejo museo abandonado en la selva, designado como Ferrocarril de la Muerte en memoria de los miles de obreros y prisioneros de la Segunda Guerra Mundial que, durante su construcción, dejaron allí sus vidas. Al lugar llega un grupo de cuatro jóvenes que rentan una cabaña moderna y deciden divertirse, practicar juegos de azar, imitar sonidos de animales y repetir parlamentos teatrales que lúdicamente confunden con sus propios diálogos. En otro lugar de la selva, se ve a una joven, al parecer extraviada, buscar algo afanosamente. Ese empeño suyo es tan impreciso como la extraña transformación de ella en un muchacho que fija su mirada en la cámara. Aquel ritual de ofrecer rostros inexpresivos e inmóviles también lo repiten los jóvenes actores, sin que la directora brinde clave alguna para una interpretación plausible.
En esta trama deshilvanada, aparentemente desprovista de sentido, destaca la capacidad del filme de sugerir una atmósfera de misterio sobrenatural mediante un notable diseño de sonido a cargo del alemán Ernst Karel, un buen trabajo de edición y una inventiva fotografía en blanco y negro que se permite el capricho de dividir la pantalla para alternar realidad y fantasía mediante dos planos superpuestos. Esta ficción desbordada remite al tema de la migración de las almas de un tiempo a otro, como sucede en cintas del también tailandés Apichatpong Wereesethakul (La leyenda del tío Boonmee, 2010), en tanto su vertiente documental permite evocar los monumentos y sitios enmohecidos y olvidados, donde se recuerdan episodios dolorosos de la historia, como suele suceder en el cine del vietnamita Rithy Pahn (El país de las almas errantes, 2000). El formalismo de Ven aquí –cinta experimental muy alejada de cualquier forma narrativa tradicional– pudiera tener mayor acomodo y fortuna en ese espacio de exploración y disfrute estético que suele ser una instalación artística en un museo.
Se exhibe en la sala 9 de la Cineteca Nacional a las 14:45 y 18:45 horas.