En 1987 se estrenó la primera película de la franquicia Depredador. Su premisa era sencilla: un grupo paramilitar tiene como objetivo rescatar a un rehén de una guerrilla en América Central, pero en la misión, el grupo liderado por Dutch Schaeffer –interpretado por Arnold Schwarzenegger– se encuentra con una criatura extraterrestre que cuenta con una avanzada tecnología de caza, con la que se dispone a acecharlos. Con cinco producciones hasta ahora, la saga se ha convertido en un clásico de la cultura popular, y dentro de poco se publicará una nueva entrega.
Prey, producida por los estudios 20th Century, es una historia que ocurre hace 300 años en el norte del continente americano. Su protagonista es Naru, una joven guerrera de la tribu amerindia de los comanches. Así, la próxima cinta agrega una nueva capa de profundidad a la ficción protagonizada por la criatura alienígena que busca presas. Para el director, Dan Trachtenberg, el aspecto ecléctico siempre ha sido parte de Depredador.
“En mi memoria, la franquicia fue una de las primeras en mezclar géneros. Era una película de acción, ciencia ficción y terror, y a mí siempre me ha gustado doblar los géneros. La idea general de filmar una cinta de aventura, suspenso, ciencia ficción y terror, y ver esa ficción en un periodo en que muy rara vez se ha hecho algo, fue una gran inspiración”, explicó Trachtenberg en entrevista.
Con un contexto como el de Prey, el director no sólo tuvo oportunidad de dar a la saga una estética distinta, pues la producción también aprovechó para cambiar aspectos como las armas del cazador. “Por un lado, este contexto le da una mirada fresca a Depredador, así que podemos ver a una criatura que es diferente a la anterior. Se nota que el arsenal de armas es distinto al que estábamos acostumbrados, lo que es emocionante para los nuevos seguidores y los asiduos de la franquicia”, señaló el realizador.
Tratándose de una historia anterior a la de la saga principal, Prey también dio oportunidad a los creativos de apropiarse del conocido universo. “Finalmente, logramos producir una criatura que es inventiva. Y desde nuestro vestuarista, pasando por nuestro cinematógrafo y nuestro editor, todos estamos poniendo nuestra marca en esta franquicia, de forma que de haber seguido con el traje y ubicarla en el presente pudo no ser tan memorable. Creo que logramos hacer algo especial”, indicó Trachtenberg, quien también dirigió 10 Cloverfield Lane.
Al centrar la atención en protagonistas como los comanches de hace 300 años, el director también pudo encontrar bondades narrativas. “Nos permitió contar –espero– esta intensa y emocional historia del inadaptado, que es mucho más importante, porque hacer la película se vuelve la historia de lo que le ocurre al personaje. Tenemos a unos protagonistas que normalmente están relegados a fungir como ayudantes o villanos. Los comanches en la cultura pop, en la historia del cine, han sido a menudo a los que les toca el palito más corto, por decirlo de una forma. Así que creo que este contexto nos permitió que esta historia tuviera más impacto”, agregó.
Prey, además de contar con indígenas americanos a cámara, también fue realizada por personas pertenecientes a los pueblos originarios. “Soy nativa americana, obviamente; soy miembro de la tribu comanche y también miembro de los pies negros”, enunció Jhane Myers, productora de la cinta, “así que rara vez tengo oportunidad de producir películas a esta escala. Crecí viendo Depredador, y he visto todas las películas, así que la oportunidad de hacer eso en una cinta y ser auténtica con mis tradiciones y las cosas de mi tribu, incluido el lenguaje, es increíble. Es una gran mezcla que nadie ha visto”.
Productora nativa
De acuerdo con la productora, además de filme de acción, Prey también ha sido cuidadoso con la manera en que representa a su tribu. “Muy respetuosa, muy tradicional, muy auténtica. No teníamos sólo a los comanche frente a la cámara, también había personas de pueblos originarios porque grabamos en Canadá en todos los departamentos detrás de cámaras. Todo fue muy cuidado incluida la música, la lengua”, indicó.
Además de los detalles como la representación del tipo de arte que empleaban las tribus amerindias originarias, también logran permear detalles más específicos de la cultura comanche. “Tenemos el tema nativo involucrado en todo”, señaló Myers. Entre su pueblo, contó, existe una creencia popular que les impide silbar durante la noche, porque podrían atraer malos espíritus. “Compórtate, no silbes de noche o vas a llamar algo”, recordó la productora, “y entonces tenemos a Naru, en un momento decisivo, que es cuando empieza a volverse dura, y ella silba porque quiere que el depredador venga”.
Para los comanches que han podido ver Prey, el detalle no ha pasado inadvertido. “Es algo que pude agregar, y no hubiera sido así de tener a otro tipo de productor”, celebró Jhane.
Prey se estrenará el próximo 5 de agosto en la plataforma Star+.