Adriana Lázaro quería aprender danza folclórica, pero no estaba en condiciones de pagar una escuela; en cuanto vio la convocatoria para ingresar al taller del Instituto de la Juventud de la Ciudad de México (Injuve) no lo pensó dos veces.
Mes y medio después de haber ingresado, ayer pisó por primera vez un escenario con compañeros que llevan hasta ocho años de instrucción con la presentación de la Guelaguetza en la plaza central de Xochimilco.
Con la indumentaria de la Flor de Piña, de San Juan Bautista Tuxtepec –baile que se ha convertido en símbolo de esa festividad–, Adriana integra el grupo de 180 jóvenes, entre bailarines, actores y banda de música de las 16 alcaldías inscritos en talleres del Injuve. Tiene 24 años, reside en Iztapalapa y es hija de padre oaxaqueño, por lo que no disimula la emoción que en su primera presentación represente una cultura que lleva en la sangre.
Violeta Xóchitl Chávez, maestra y coreógrafa que dirige el taller de danza folclórica de la brigada Expresarte, del programa Los jóvenes unen al barrio, tuvo la tarea de coordinar el montaje en sólo tres meses y medio, por lo que reunió a varios ensambles musicales y escénicos, todos del Injuve.
La idea de montar la Guelaguetza surgió de la experiencia de Tururú, los jóvenes también viajan en Metro, que se presentó en el teatro Esperanza Iris el 2 de marzo y está invitada al Festival Internacional Cervantino.
Esta “es solidaridad y unión a través de la poesía, la música y la danza” y concibe lo que es el Injuve, una hermandad a partir de diversas manifestaciones del arte, porque “dentro de la expresión de la diversidad de costumbres y tradiciones se encuentra la unidad en la diferencia al emprender un mismo viaje artístico con múltiples y coloridas alas”.
El montaje empezó con un convite, luego el desfile partió del embacadero Fernando Celada hacia la plaza donde los esperaba el escenario en el que desplegaron bailes como las chinas oaxaqueñas de valles centrales, los zancudos de Zaachila, el jarabe mixteco de Huajapan de León, sones y chilenas de Pinotepa Nacional, Putla y Juquila, jarabes de San Melchor Betaza, istmeñas de Tehuantepec y la Flor de Piña, en la que participó la titular del Injuve, Beatriz Olivares Pinal.