Este año se cumplirá un cuarto de siglo de injusticia e impunidad en Acteal. Los asesinos materiales fueron liberados, y ellos y ellas, las víctimas y sus familiares, siguen denunciando “sin miedo, a las personas y mecanismos responsables de traer la muerte y la destrucción” a sus pueblos.
Como resultado de la impunidad en Chenalhó, y en todo Chiapas, advirtieron, en Acteal hoy vemos “el florecimiento de la división y el aumento de la presencia de grupos armados en las comunidades, en alianza con el crimen organizado con algunos de los cárteles que operan en Chiapas, y son una bomba de tiempo que puede estallar en cualquier momento, sacrificando de nuevo a gentes inocentes”.
El panorama 295 meses después de la masacre de 45 indígenas y cuatro no nacidos no es alentador. Las acciones del actual gobierno federal, y los proyectos y pactos con una parte de las víctimas, han traído división y han profundizado el rencor y la desconfianza entre quienes, hasta hace unos años, compartían la exigencia de una justicia verdadera.
En el sitio de la memoria en el que se perpetró la masacre, el 22 de diciembre de 1997, cada mes se recuerda a los mártires. No hay descanso para la organización de la sociedad civil Las Abejas de Acteal, que decidió no plegarse al gobierno para no callarse. “Seguimos organizados y resistiendo, seguimos en la lucha para construir una vida con esperanza”, dijeron en una conmemoración en la que reiteraron que su lucha no violenta está por cumplir 30 años.
Acteal une su lucha a las actuales personas “perseguidas, calumniadas, torturadas, encarceladas, desaparecidas y asesinadas por luchar por paz, justicia y verdad en medio de un sistema que se alimenta de violencia y muerte”. Así de claro.
La demanda es, una vez más, que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) publique “ya” su informe de fondo sobre el caso Acteal, “para que dé a conocer y ampare la verdad” de lo que sucedió en esta tierra, y que “indique ya al Estado mexicano cómo se debe hacer la justicia”, ya que sexenio tras sexenio se ha garantizado impunidad a todos los responsables tanto materiales como intelectuales de este crimen de lesa humanidad.