Ciudad de México. En plena producción de una poesía “más reflexiva” y a todo vapor en su labor como maestro de las nuevas generaciones de escritores, el poeta chiapaneco Óscar Oliva (Tuxtla Gutiérrez, 1937) recibió la noticia de que fue galardonado con el Premio Nacional de Artes y Literatura 2021 que otorga el gobierno de México.
“Una de las cosas más importantes que este reconocimiento me ha dado es sentir un gran cariño en mi tierra natal Chiapas, y desde otros lugares me han llegado abrazos y saludos, eso me gusta mucho, me siento muy contento”, dijo a La Jornada, vía telefónica, el también ensayista.
Sobre todo, reconoció el autor, al saber de su premio se agolparon en su mente recuerdos de juventud, principalmente aquellos en torno a la legendaria cofradía conocida como La espiga amotinada (1960), de la que formó parte y que reunió en un libro con ese título los primeros poemarios de sus colegas Juan Bañuelos (Puertas del mundo), Jaime Augusto Shelley (La rueda y el eco), Eraclio Zepeda (Los soles de la noche), todos ellos ya fallecidos, así como de Jaime Labastida (El descenso) y del propio Oliva (La voz desbocada), con un prólogo de Agustí Bartra.
“Ellos no sólo fueron mis hermanos, sino mis maestros. Estoy hablando de Eraclio, Juan y Jaime Augusto. Recordé con gran emoción las muestras de cariño que me sigue dando mi hermano, el poeta Jaime Labastida, seguimos trabajando juntos con la poesía y a través de nuestros ensayos. También recordé a mis hermanos mayores: Rosario Castellanos, Jaime Sabines, Agustí Bartra, Efraín Huerta, Juan de la Cabada, Rubén Bonifaz Nuño. Son muchísimos los amigos que me ofrecieron su cariño y lecciones muy importantes.”
Oscar Oliva, a sus 85 años, se define como “un poeta de la perseverancia, pues si he logrado alguno que otro poema que esté más o menos bien escrito, y que más o menos diga las emociones que quiero, lo debo estar perseverando, trabajando y leyendo todos los días”.
Para el escritor, quien estudió Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México e Historia en la Universidad Veracruzana, la poesía es un género que va a existir y persistir mientras haya humanidad, “creer esto es mi motivación. El filósofo alemán Theodor Adorno dijo una vez que después de Auschwitz ya no se iba a poder escribir poesía. Creo que no tenía razón, al contrario, en la crisis de la civilización en la que estamos inmersos en estos momentos, la poesía, el arte en general, la ciencia, la tecnología y los grandes avances de la física teórica nos dan esperanza. La poesía es una forma de conocernos y también una manera de conocimiento, tanto como la ciencia o la filosofía”.
En estos días, el poeta trabaja en una obra “más reflexiva, para que sea parte del conocimiento humano, sobre todo para intensificar las emociones que he procurado dar con mi poesía: las tensiones sociales, las tensiones entre hombre y mujer, las tensiones entre hombre y sociedad, o entre el hombre y la naturaleza.
“Estoy intensificando en estos momentos mi quehacer poético, por supuesto con la experiencia de todo lo que he vivido y visto pasar por el mundo, pues el mundo es mi casa. Porque desde la banqueta oigo no solamente los estallidos, sino también escucho la fulguración del universo y el camino que ronda el sol en nuestras cabezas”.
A los 14 años Oliva escribió su primer poema, titulado Estos minutos, publicado en el periódico El Estudiante. Se trataba de un poema en prosa sobre la destrucción del parque central de Tuxtla Gutiérrez y de sus antiguos árboles.
Entre 1995 y 1996 formó parte de la Comisión Nacional de Intermediación (Conai) que intervino en los diálogos entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Además de escribir, Oliva es un apasionado de los talleres de poesía que imparte, especialmente en su natal Tuxtla Gutiérrez, donde “una cosa nada más les digo a mis alumnos: que duden de todo, incluso de lo que les digo, de lo propio; y en medio de esa duda, que lean mucho. No hay otro camino para aquellos que quieren ser escritores de poesía más que leer mucho y dudar.
“Pero también hay que fracasar en cada poema para que de muchas maneras ese poema encuentre su propia salvación”, concluyó el escritor, quien parte rumbo a un encuentro de poesía en Costa Rica.
El Premio Nacional de Artes y Literatura 2021 en el campo de Lingüística y Literatura fue otorgado a Óscar Oliva “por ser uno de los grandes poetas del siglo XX; autor comprometido, cercano a los pueblos originarios, formador de varias generaciones de escritores y poetas, que le da voz al sur y a la protesta cívica. Su obra se manifiesta contra la opresión y la violencia ejercida desde el poder”, explicó la Secretaría de Cultura federal en un comunicado.
Al igual que con los premios de 2020, no hay una fecha para la entrega de estos galardones correspondientes al año pasado, que se otorgaron a quienes “por sus creaciones, producciones o trabajos docentes de investigación o de divulgación han contribuido a enriquecer el acervo cultural del país o al progreso de las expresiones artísticas en general”.