Los padres y tutores deben supervisar el uso de dispositivos y estrechar la comunicación con niños y adolescentes para generar confianza en la relación a fin de inhibir el delito de corrupción de menores, en particular “los enmarcados en la conducta delictiva conocida como grooming”, recomendó la fiscal Ernestina Godoy.
Al enumerar cinco acciones que forman parte de la campaña que impulsa la Unidad de Inteligencia Cibernética de la Policía de Investigación para promover medidas desde la casa, en un videomensaje la funcionaria recordó que ese ilícito lo realizan personas que “generan un perfil falso en una red social, sala de chat, videojuegos, foros o en algún otro sitio”, por lo que logran captar la atención de los chicos.
Los delincuentes buscan “una relación de amistad y confianza con las niñas, niños y adolescentes e inducirlos en actos que inician en casa con el envío de videos, fotografías o información que exponen al menor”, alertó la fiscal.
Comentó que las nuevas generaciones usan con mayor frecuencia herramientas que hace algunos años no eran tan populares, además de que los equipos con acceso a Internet ya forman parte de lo cotidiano en la academia, oficinas, cibercafés y en el hogar.
“Las redes sociales cada vez tienen mayores alcances y una gran parte de la ciudadanía empieza a tener acceso a ellas, principalmente con teléfonos celulares.
La FGJ se encuentra comprometida a combatir y erradicar conductas delictivas que agredan o dañen a nuestras niñas, niños y adolescentes, en este caso los delitos que se comenten en el ciberespacio.”
Recomendó que padres supervisen el uso de dispositivos electrónicos, fijar horarios para supervisarlos, utilizar aplicaciones de control parental para que los buscadores y plataformas sólo ofrezcan contenidos adecuados a las edades de los menores, así como vigilar las actividades en el ciberespacio para mantenerlos a salvo.
Señaló que es necesario descargar apps en versiones para niños y, de ser posible, “permitir la utilización de dispositivos electrónicos exclusivos para actividades académicas; no se trata de prohibir el acceso a Internet, sino de enseñar su uso adecuado y seguro de la herramienta”.