Detrás de las solicitudes de consulta sobre presuntas violaciones al tratado comercial de América del Norte en el sector energético, que promovieron Estados Unidos y Canadá, puede haber motivaciones políticas de grupos de intereses creados que se sienten afectados, afirmó ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador. “Tenemos muchísimos elementos para responder y, si se trata de una sanción de tipo político, pues también nos vamos a defender. No nos vamos a quedar con los brazos cruzados”.
En la conferencia del miércoles, el Presidente adelantó que el gobierno sostendrá en esas consultas que su posición no es violatoria del tratado y enfatizó en que “podemos tener relaciones comerciales, pero nuestras políticas las definimos en México y tienen que ver con nuestra Constitución y con las leyes”.
Lo que defiende el gobierno es “que no aumente el precio de la luz, que no nos pase lo de España”, señaló. “No vamos a poner a negociación el dominio de la nación, del pueblo de México, sobre el petróleo, eso está clarísimo”.
Con una amplia explicación del proceso de consultas en el Tratado de Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), López Obrador consideró que “no se resignan y piensan que van a imponerse. No, nosotros no nos vamos a dejar”, subrayó. “No nos vamos a quedar con los brazos cruzados”.
Para explicar su postura de dar prioridad a la rectoría del Estado en el sector eléctrico, la comparó con el caso del petróleo y aseguró que con la expropiación por el presidente Lázaro Cárdenas en 1938 “se pudo desarrollar nuestro país”.
Además, “nunca nos faltaba gasolina, éramos autosuficientes. No sólo eso: cuando se empezó a vender petróleo, hasta 40 por ciento del presupuesto nacional dependía” de esos ingresos. Gracias al dominio de la nación sobre el combustible se pudo financiar el presupuesto para el desarrollo de México durante décadas, por lo que aseveró que “no es asunto ideológico, es de juicio práctico”.
Es un asunto político
Frente a la petición de los países vecinos de Norteamérica para el inicio de consultas, consideró que no es una iniciativa del sector empresarial estadunidense.
Recordó que en su reciente visita a Washington se reunió con empresarios, pero no le trataron el tema. Al contrario, firmas estadunidenses se comprometieron a invertir 40 mil millones de dólares en el sector energético, “ya firmamos acuerdos, convenios”.
El Presidente relató que también atendió en México a representantes de 19 empresas estadunidenses y hubo acuerdos con 17 de ellos. “No es nada de las empresas, les diría que no son las empresas las que tienen la inconformidad, por eso intuyo que es un asunto político”.
De igual forma, vinculó la discusión con la reforma energética del sexenio pasado, en la que se negoció el manejo de petróleo. Ahora, “muchos de los que promueven esta consulta fueron los que aceptaron, estando en el gobierno, aunque parezca increíble. Mexicanos que aceptaron que el petróleo se pusiera en la mesa de negociación”.
Entonces, cuestionó, “¿qué se alega? Tenemos muchísimos elementos para responder y, si se trata de una sanción de tipo político, pues también nos vamos a defender. Porque puede ser. Yo tengo indicios de que esto tiene que ver con los intereses creados que se sienten afectados porque se dedicaban a saquear a México y que, como se les puso un alto, un hasta aquí, empezaron a hacer trabajo en Estados Unidos y logran esto”.
Las consultas de este tipo no son nuevas, apuntó. “Se ha recurrido a este procedimiento, si mal no recuerdo, en cinco ocasiones: lo ha hecho Estados Unidos en contra de Canadá; Canadá en contra de Estados Unidos, México y Canadá en contra de Estados Unidos y ahora Estados Unidos y Canadá en contra de México”.