Hautacam. A menos que se produzca un accidente, es probable que el danés Jonas Vingegaard vista el maillot amarillo cuando finalice este domingo el Tour de Francia en París, luego de imponerse en la etapa 18.
Vingegaard respondió ayer a una serie de ataques del campeón defensor, el esloveno Tadej Pogacar, y finalmente superó a su principal rival en la última gran etapa de montaña de la carrera de este año para aumentar su ventaja en la general a tres minutos y 26 segundos.
Ambos dejaron una imagen icónica en el deporte. Después de haber sufrido una caída cerca del final, Pogacar logró cazar a Jonas, quien aminoró la velocidad para estrechar la mano con su rival.
Con sólo una prueba importante restante, una contrarreloj de 41 kilómetros programada para mañana, el danés y líder de Jumbo-Visma parece tener prácticamente seguro su primer título del Tour después de llegar al complejo de Hautacam por su propia cuenta.
“Es increíble. Esta mañana le dije a mi novia y a mi hija que quería conquistar el escenario por ellas. Me siento feliz y orgulloso de haber ganado”, dijo Vingegaard. “Necesito mantenerme enfocado y seguir tomándolo día a día. No quiero hablar de ganar el Tour todavía”.
Pogacar, el bicampeón defensor, corrió todos los riesgos y se impactó cuesta abajo cuando intentaba incesantemente superar a Vingegaard. De vuelta en su bicicleta, el esloveno no pudo reponerse en el ascenso final y cruzó la meta un minuto después del danés con sus esperanzas frustradas de ganar un tercer título consecutivo.
Vingegaard corrió en solitario para adjudicarse su segunda victoria del Tour. El colombiano Nairo Quintana retrocedió un puesto y es quinto a 13:35 minutos del líder.