Berlín. Un homenaje a la figura del diplomático mexicano Gilberto Bosques traducido en una ofrenda floral con los colores de la bandera mexicana fue el acto que el día de ayer se llevó a cabo en la capital alemana para conmemorar el 130 aniversario del natalicio de la ilustre figura de la politica exterior mexicana. La ceremonia fue encabezada por Francisco Quiroga, embajador de México en Alemania.

Dar visibilidad y atender los aspectos relevantes y que han dejado una huella de México en Alemania es una de las tareas que Quiroga desempeña de manera ejemplar.

Gilberto Bosques fue un diplomático mexicano en Francia designado por el entonces presidente de México, el general Lázaro Cárdenas. Desempeñándose como cónsul, Bosques llevó a cabo una labor de gran relevancia y por demás riesgosa en la política mexicana de asilo a perseguidos por el fascismo en Europa entre 1939 y 1942.

Por solo nombrar algunos de aquellos refugiados que llegaron a México tras una compleja labor de huída, refugio y transporte por barco a México, se encuentran la escritora Anna Seghers, el escritor Gustav Regler, Hans Eisler, compositor del himno nacional de la ex Alemania Oriental y la escritora Brigitte Alexander, madre de la actriz mexicana Susana Alexander. Muchos berlineses encontraron también refugio en México

Fue en 2016 el distrito berlinés de Friedrichshain-Kreuzberg aprobó la propuesta de designar a una escuela superior popular (Volkshochschule) con el nombre del Cónsul Bosques. Estos centros educativos que se encuentran en todo Alemania ofrecen una amplia oferta que va desde diferentes cursos de lenguas, alemán como lengua extranjera, cursos en el ámbito de la salud, la política o la cultura en general.

Cabe recordar que en 2015 Alemania vivió uno de las etapas más discutidas en cuanto a la politica de asilo al abrir las puertas a cientos de miles de refugiados.

La labor de Bosques en la literatura, el cine y en una exposición itinerante

La literatura y el cine alemán han inmortalizado este capítulo de la historia entre México y Alemania como un ejemplo no solo de la política exterior de México, sino también de los valores humanistas que definen al país cuando se trata de ofrecer refugio a quienes huyen de regímenes fascistas.

Anna Seghers, destacada figura de la literatura alemana, escribe en México entre 1941 y 1942 la novela Transit con tintes autobiográficos relacionados a la labor de Bosques.

En 2018 el cineasta alemán Christian Petzold realiza una adaptación llevada a la pantalla bajo el mismo nombre Transit.

El Aktives Museum de Berlin, un museo dedicado a investigar y documentar los movimientos de resistencia al nazismo, conceptualizó también una exposición itinerante bajo el nombre México el último refugio.

En cuanto a México, el nombre de Gilberto Bosques es recordado por el Senado de México con el Centro de Estudios Internacionales que lleva su nombre. Las embajadas francesa y alemana en México otorgan un premio de derechos humanos en su honor. En su ciudad natal Chiautla de Tapia en el estado de Puebla, existe un museo dedicado a difundir la relevancia histórica y humanista de su labor.

La vida y actitud de Gilberto Bosques es influenciada por la revolución mexicana; las instituciones locales y nacionales producto de esta etapa de la historia de México en que Bosques participó se cuentan el Poder Ejecutivo y el Legislativo. Fue nombrado Cónsul General de México en París en 1939 y luego en Marsella tras la expansión nazi en Francia.

En mayo de 1942 México y Alemania se enfrentaron en bandos opuestos en la Segunda Guerra Mundial. Bosques junto con funcionarios diplomáticos mexicanos y sus familias, fueron prisioneros de guerra por 13 meses. Tras su liberación retornó a México. Se desempeñó también como Embajador ante Portugal, Finlandia, Suecia y Cuba. Falleció en México a punto de cumplir 103 años.

Su avanzada edad le permitió todavía recibir la visita de algunos de los hijos de aquellos refugiados alemanes que hicieron un viaje a México para expresar ante este ilustre mexicano su agradecimiento.