Panamá. La crisis en Panamá se agudizó ayer con cortes de carreteras que impedían la llegada de alimentos a la capital, intentos de saqueo y sin un acuerdo entre el gobierno y manifestantes para detener las manifestaciones a cambio de medidas contra el alza de precios.
Después de más de dos semanas de protestas, las organizaciones populares que impulsan las manifestaciones mantenían una nueva reunión en Penonomé, a 150 kilómetros al suroeste de la capital, para afinar detalles de los temas que negociarán con el gobierno.
Hasta el cierre de esta edición, acordaron debatir ocho temas, en un proceso de diálogo al que tendría que sumarse el Poder Ejecutivo.
Según la Iglesia católica, que actúa de mediador, las organizaciones y sindicatos consensuaron negociar la rebaja o congelamiento de los precios de la canasta básica, combustible, energía, medicamentos, la inversión de 6 por ciento del PIB en educación pública y el futuro del sistema de salud estatal. Exigen medidas contra la corrupción, en medio de fuertes críticas por los sueldos de altos funcionarios y el despilfarro de los recursos públicos.
Desde que empezó la crisis, organizaciones empresariales calculan las pérdidas en más de 500 millones de dólares.
Para aliviar la situación, más de 200 camiones con alimentos salieron ayer desde la provincia occidental de Chiriquí, el granero del país, hacia la capital, aunque su trayecto es complicado por los bloqueos.
El comisionado de Policía, Roberto Rodríguez, informó que en el popular barrio de El Chorrillo, en la capital, “varias personas” intentaron “vandalizar comercios, quemar llantas y poner obstáculos en la vía pública” para robar a conductores.
También hubo intentos de saqueo en La Peatonal, una calle de tiendas y comercios en la ciudad de Panamá, cuya vigilancia fue reforzada.