Jartum. El conflicto tribal que estalló en el sur de Sudán por una disputa de tierras dejó al menos 105 muertos y 291 heridos la semana pasada, informó este miércoles a la AFP el ministro de Salud del estado Nilo Azul, Jamal Nasser.
Tras casi una semana de enfrentamientos con armas de fuego, la calma volvió a imponerse en esta región fronteriza con Etiopía, aunque la violencia se trasladó ahora a otros estados.
Los hawsa, una de las etnias implicadas en el conflicto, se movilizaron por todo el país para reclamar "justicia por los mártires".
"No se puede determinar el número exacto de víctimas, ya que algunos cadáveres siguen enterrados bajo los escombros de sus casas", dijo por teléfono Mohamed Nuredine, jefe tribal de los hawsa del Nilo Azul, durante una conferencia de prensa organizada por su comunidad en Jartum el miércoles.
"Los habitantes del Nilo Azul siguen siendo acosados", declaró por su parte Abdulaziz Al Nur, jefe tribal de los hawsa de Jartum, en la misma conferencia.
Pero para Nasser, contactado por teléfono en Al Damazin -capital del Nilo Azul-, "todo está tranquilo ahora, pero queda la cuestión de los desplazados".
Según la ONU, más de 17 mil personas, en su mayoría mujeres y niños, han huido de sus hogares por miedo a los disparos indiscriminados. Unos 14 mil de ellos sobreviven ahora en tres escuelas en Al Damazin.
Ubicado en el sur de Sudán, uno de los países más pobres del mundo, el estado del Nilo Azul tampoco escapa del bajo nivel de vida.
La ONU afirma haber proporcionado ayuda humanitaria a más de un tercio de los habitantes de este territorio durante el primer trimestre de 2022, lo que equivale a 563 mil habitantes.
Los enfrentamientos tribales han provocado cientos de muertos en Sudán en los últimos meses, sobre todo en Darfur, al oeste del país, que limita con Chad.
Estas disputas entre tribus rivales estallaron por el acceso al agua y a la tierra, vitales para los agricultores y el pastoreo, en un país donde circulan muchas armas después de décadas de guerra civil.
El último brote de violencia, que se inició el pasado 11 de julio, se debió al enfrentamiento por el acceso a la tierra entre los hawsa, uno de los grupos étnicos más grandes de África, presente desde Senegal hasta Sudán, y el clan berti.
Pese a la calma en el Nilo Azul, la violencia se trasladó a otros estados, sobre todo en Kasala, donde numerosas personas de la tribu hawsa incendiaron edificios públicos.
El martes, miles de ciudadanos de esta etnia también protestaron en Jartum, Gedaref y Puerto Sudán.