Ciudad de México. La prórroga en el inicio de la facturación 4.0 ha hecho que varias empresas bajen la guardia, pero cerca de enero, cuando su uso será obligatorio, se esperan nuevos cuellos de botella en la atención del Servicio de Administración Tributaria (SAT), alertaron los integrantes del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP).
Ante este panorama, los contadores públicos pedirán a la autoridad fiscal una "revisión exhaustiva" sobre la necesidad de la facturación 4.0, aún contemplada en el Código Fiscal de la Federación, y si realmente es necesario que los recibos de nómina incluyan el código postal, razón por la que los patrones piden la constancia de situación fiscal a sus empleados.
Como ya recalcó la jefa del SAT, Raquel Buenrostro, la constancia de situación fiscal es pedida por los patrones para timbrar recibos de nómina y evitar multas por llenado incorrecto. Ese documento contiene el código postal de los contribuyentes, un requisito de la facturación 4.0 para reducir la emisión de comprobantes fiscales a empresas fantasmas.
En conferencia de prensa, Juan Manuel Puebla Domínguez, presidente del Colegio de Contadores Públicos de México, advirtió que si bien el SAT concedió una prórroga hasta enero de 2023 para que sea obligatoria la emisión de facturación 4.0, "se ha bajado un poco la guardia" y cuando llegue el plazo se verá de nueva cuenta la incapacidad del SAT para dar salida a todas las solicitudes de constancia de situación fiscal.
Adelantó que una serie de asociaciones de contadores pedirá un análisis a las autoridades fiscales sobre esta medida y consideró que en el combate a la evasión fiscal sería mas certero ir por las factureras que ya tiene identificadas el SAT.
La constancia de situación fiscal es sólo una muestra del embudo que implican los trámites ante el SAT, consideraron los contadores. Laura Grajeda, presidenta del IMCP, refirió que desde 1986 se ha hablado de simplificación administrativa en el SAT, pero no aún no se ven los resultados.