El titular de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), Gady Zabicky, reconoció que México tiene carencias en cuanto a la prevención, atención temprana, integral y regionalizada desde la comunidad. “Al ritmo que vamos, si no logramos revertir que más mexicanos se sumen al consumo patológico de drogas, literalmente no nos va a alcanzar el dinero para resolver el problema”.
México destinará este año mil 467 millones de pesos para la atención y la prevención de las adicciones. Al participar en el curso “Salud mental y adicciones. Perspectiva de la reforma”, organizado por el Senado, Zabicky aseveró que las personas que padecen de algún trastorno mental y los usuarios problemáticos de sustancias son dos de las poblaciones más vulnerables en el país, en mayor abandono, que más sufren y que más hacen sufrir a sus familias.
Durante la tercera sesión de ese curso, el funcionario indicó que la política de atención en salud mental está en proceso de cambio de enfoque, en el que se deja atrás la “guerra contra las drogas” y se transita a un esquema de atención de riesgo y daño.
La guerra contra las adicciones ha terminado en todo el mundo, explicó al auditorio, “específicamente en nuestro Plan Nacional de Desarrollo está escrito que abandonaremos ese esquema para dirigirnos a uno de atención de riesgo y daño. Cuando hablamos de guerra contra las drogas es importante hacer notar que esa guerra ha sucedido contra la gente”.
Aseguró que hace unas décadas comenzó a generarse un importante problema de consumo de drogas y lo que sucedió fue que se le dio una respuesta bélica, que generó una industria que es un “monstruo” altamente rentable.
“Tenemos un esquema incrementacional fallido, ¿qué significa esto?, desde hace unas décadas era evidente que empezaba a cocinarse un problema importante de consumo de sustancias y la respuesta fue ‘vamos a meterle recurso, más helicópteros, más radares, más perros, más policía de frontera, más policía vestida de civil, más ministerios públicos, más cárceles’. Y esto nos ha llevado a que todos los indicadores vayan en el sentido inverso a lo que quisiéramos y ha generado una industria que es un monstruo que se alimenta a sí mismo y que defiende todavía el paradigma de la guerra.”
Agregó que parte de la estrategia actual es disminuir la demanda de estupefacientes y hacer que las personas que usan drogas dejen de comprarlas.