Panamá. Organizaciones sociales panameñas rompieron ayer un acuerdo firmado con el gobierno antier para desbloquear las principales vías del país a cambio de una rebaja del precio de los combustibles, y anunciaron que seguirán manifestándose.
“Hoy rompo frente a las cámaras lo que se firmó en el día de ayer porque me debo a las bases y éstas son las que tienen el último mandato”, dijo Luis Sánchez, uno de los negociadores del pacto.
Sánchez, dirigente de una asociación de profesores que promueve las protestas, procedió posteriormente a romper un papel ante decenas de agremiados, que rechazaron previamente reconocer el acuerdo.
Sánchez explicó que “firmaron bajo presión” y “no vieron las bases para ponerse de acuerdo”.
El gobierno panameño y un grupo de asociaciones anunciaron antier un acuerdo para rebajar el precio del combustible y el final del bloqueo de carreteras después de varios días de negociaciones en la ciudad de Santiago de Veraguas, a 250 kilómetros al suroeste de la ciudad de Panamá.
El pacto establecía rebajar el precio del galón (3.78 litros) de gasolina a 3.25 dólares y establecía seguir negociando reducciones en la canasta básica y en medicinas. En junio, la gasolina estaba en 5.20 dólares el galón, luego el gobierno lo redujo a 3.95 dólares, pero los manifestantes consideraron insuficiente la rebaja.
En el documento aparece la propia firma de Sánchez, integrante de la Alianza Nacional por los Derechos de los Pueblos (Anadepo), que congrega a la mayoría de las organizaciones en protesta desde hace dos semanas.
Antier se anunció primero un acuerdo con comunidades indígenas en Chiriquí, oeste del país, y luego otro con una mesa en Veraguas, pero ambos fueron rechazados por varios gremios.
Desabasto de gasolina y alimentos en varias zonas
Las protestas generaron pérdidas millonarias y desabasto de combustible y alimentos en varias zonas del país, según gremios empresariales.
Varios mercados de la capital reportan falta de productos y la llegada de algunos insumos dañados después de días de bloqueos en las carreteras. “Estamos mal, sin comida, no hay buses. Quería comprar arroz y no encontré y lo poquito que hay lo están vendiendo caro, las legumbres están dañadas”, aseguró Angélica Ruiz, quien reside en Pacora, al este de la ciudad de Panamá, y tuvo dificultades para llegar a su trabajo en la capital. El gobierno aseguró ayer que la tarifa de 3.25 dólares por galón comenzó a regir en las estaciones de servicio.
“Nos mantenemos en la vía, lastimosamente (...) Sentimos que el gobierno está buscando dividir a las bases para salirse con la suya, así que estamos de frente en la lucha", dijo a la Afp Juan Morales, agricultor de Capira, 60 kilómetros al oeste de la capital.
Los principales cortes de tránsito se produjeron en la ciudad de Panamá, donde trabajadores del sindicato de la construcción (Suntracs), el mayor del país, cerraron los diferentes accesos a la capital y sus vías principales, provocando atascos en el tráfico.
Algunas calles fueron cortadas con barricadas levantadas con neumáticos en llamas, lo que obligó a la policía a desviar los vehículos.
En otros puntos había personas con maletas a las afueras haciendo transbordo para llegar al aeropuerto, ubicado a unos 20 kilómetros al noreste de la capital.
También se reportaron algunos nuevos cortes de carretera en la vía Panamericana, que conecta a Panamá con Costa Rica, y vía clave para el comercio y transporte de mercancías en todo el país.
Varios gremios y sindicatos criticaron el acuerdo por considerarlo insuficiente. También reclaman una negociación que incluya a todas las organizaciones que promueven las protestas.
“Nuestra posición es que debe haber una sola mesa donde estemos todos los actores que estamos luchando” para “discutir los temas más apremiantes que tiene la población panameña”, manifestó el secretario general del Suntracs, Saúl Méndez.
Los temas a negociar, según Méndez, serían una “reducción real” del combustible, alimentos, medicinas, y electricidad, un aumento general de salarios y mayor inversión pública en educación.
También pidió debatir sobre el modelo económico “neoliberal” que “ha empobrecido a la mayoría del pueblo panameño”.
Arzobispo pide “diálogo abierto” y de soluciones
El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, mediador en el conflicto, también pidió ayer “una mesa única” para entablar un “diálogo abierto con el mejor deseo de buscar las soluciones en beneficio de todos los panameños”.
Pese a su economía dolarizada, altas cifras de crecimiento económico e ingresos por más de 2 mil millones de dólares anuales por el Canal de Panamá, el país tiene uno de los mayores índices de desigualdad del mundo.