Bruselas. Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) acordaron ayer otorgar otros 500 millones de euros de financiación para suministrar armas a Ucrania, lo que eleva la ayuda de seguridad del bloque a 2 mil 500 millones de euros desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero.

Los funcionarios confirmaron también su voluntad de incrementar la presión sobre Moscú, mediante un embargo al oro ruso, pese a la amenaza sobre el suministro de energía para el bloque.

“Hoy, en la reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de la UE, se ha alcanzado un acuerdo sobre el quinto tramo de ayuda militar a Ucrania”, declaró la canciller de Suecia, Ann Linde, en un comunicado.

El dinero ayudará al bloque a seguir comprando equipos y suministros para el ejército ucranio, incluido el armamento letal que Bruselas ha dicho que debe utilizarse con fines defensivos.

Las normas de la UE normalmente impiden que el mecanismo utilice su presupuesto septenal para financiar operaciones militares, pero el Fondo Europeo para la Paz, que tiene un límite de 5 mil millones de euros, está fuera del presupuesto y puede utilizarse para proporcionar ayuda militar.

La UE aprobó el primer tramo de ayuda después de la invasión rusa. Sin embargo, con la mitad de la ayuda de siete años ya entregada a Ucrania tras cinco meses, no está claro cómo podrá mantener el bloque la financiación de la compra y entrega de armas y otros equipos si la guerra continúa.

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, apuntó: “estoy seguro de que el presidente ruso, Vladimir Putin, cuenta con el cansancio; cree que las democracias son débiles, pues no, las sociedades europeas no pueden permitirse el cansancio”.

Los dirigentes europeos están preocupados de que aumente el rechazo hacia las sanciones en la opinión pública en un momento en el que el precio del carburante, el gas y la electricidad están desatados en Europa y golpean con fuerza los hogares.

“Esto es una prueba de la resistencia de nuestras sociedades”, declaró Borrell tras la reunión.

El alcance sin precedente de las sanciones occidentales a Rusia incluye un embargo de petróleo, la prohibición de las transacciones con el banco central ruso y la congelación de sus activos, así como la paralización de nuevas inversiones en el país.

Sin embargo, Putin reafirmó su determinación de continuar su “operación militar especial” en Ucrania.

“Algunos dirigentes declararon que las sanciones son un error, una equivocación, yo no lo creo, es lo que tenemos que hacer y vamos a seguir” respondió Borrell, en referencia a las críticas de la semana pasada del primer ministro de Hungría, Viktor Orban.

Añadió que “en este momento lo más importante es la prohibición del oro ruso”, que es la segunda industria de exportación más importante de Moscú después de la energía.

El grupo de las siete principales economías del mundo (G-7) ya se comprometió el mes pasado a vetar el oro ruso, con el argumento de que el Kremlin ha utilizado el oro para respaldar su moneda y eludir el impacto de varias rondas de sanciones.