Belén. Los palestinos descalificaron la agenda política y el historial del presidente estadunidense, Joe Biden, quien se declaró “sionista”, a raíz de su breve visita a Cisjordania, territorio ocupado por Israel la semana pasada, y un funcionario describió la administración como “los años de Trump con una sonrisa”.

El ex mandatario Donald Trump reconocó la disputada ciudad de Jerusalén como capital de Israel y trasladó ahí la embajada de Estados Unidos, decisión considerada una afrenta en el lado palestino y que Biden no rectificó.

La Organización de Naciones Unidas reconoce como capital de Israel a la ciudad de Tel Aviv.

Pocos esperaban que el presidente de 79 años reactivara el proceso de paz, estancado desde 2014.

Sin embargo, algunos funcionarios palestinos creían que Biden cumpliría su promesa de campaña al anunciar la reapertura del consulado estadunidense para los palestinos en Jerusalén Este, cerrado por la administración Trump en 2019. Algo que no sucedió.

El anuncio de la reapertura podría haber sido un “estímulo” para reanudar las conversaciones de paz, declaró un funcionario palestino, quien no quiso identificarse.

Aunque el mandatario reiteró su apoyo a la “solución de dos Estados”, aseguró que actualmente no se dan las condiciones para relanzar el proceso de paz.

Nada más llegar a Israel, Biden declaró que “no hay que ser judío para ser sionista”, frase poco común en boca de un dirigente estadunidense, a pesar del apoyo activo de Washington a Israel desde su creación en 1948.

“Llega a Israel y se llama a sí mismo sionista, luego viene a Palestina y se niega a hablar de las cuestiones fundamentales del conflicto”, criticó otro funcionario palestino entrevistado por la agencia Afp.