Las nuevas subvariantes de ómicron que predominan en México (B.A4 y B.A5) tienen hasta cinco veces más probabilidad de contagiar que sus predecesoras, aunque “no están siendo tan agresivas como en otras olas, pues aún no hay un impacto tan relevante en la mortalidad”, afirmó Michelle Herrera, especialista en medicina preventiva y epidemiología del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).
En entrevista, indicó que nuestro país se mantiene en una fase de ascenso en los contagios. Hasta ahora la quinta ola es la segunda con más casos, aunque puede equiparar o superar a la cuarta.
Indicó que si bien no hay una fecha exacta para determinar el fin de la pandemia, “observamos en las últimas dos olas que pareciera asentarse un patrón estacional de dos periodos al año, es decir, serían dos olas anuales, pero hay que seguir estudiando”.
La especialista destacó que, a diferencia de otras variantes, “estamos detectando que el inicio del malestar es más abrupto. Vemos fiebre, más tos seca, dolor de cabeza y garganta, que puede llegar a ser muy intenso”.
Explicó que, a diferencia de otras variantes, no es tan común la pérdida del olfato y el gusto, pues predominan los síntomas respiratorios de vías altas y un malestar general.
La recomendación a la población, dijo, es aislarse debido a que las nuevas subvariantes son más contagiosas, se debe beber muchos líquidos y vigilar la saturación de oxígeno. Indicó que “si observamos que el paciente satura a menos de 90 hay que ir al hospital y considerar los factores de riesgo como enfermedades crónico-degenerativas, hipertensión, diabetes, obesidad, cáncer y enfermedades autoinmunes, entre otras”.
Herrera recordó que, a la fecha, la gravedad de los casos es menor y también genera un impacto la vacunación o haber pasado por un contagio. Pero advirtió que ello no garantiza la inmunidad, porque “hemos detectado que estas subvariantes parecen burlar la protección que da haber pasado por la enfermedad, e incluso las vacunas, las cuales no fueron diseñadas para evitar contraer el virus, sino contra una enfermedad grave y fallecer”.
La epidemióloga llamó a la población a mantener las medidas de prevención y autocuidado, pese a estar inmunizados, en particular mantener el uso de cubrebocas y el lavado constante de manos, así como la ventilación de espacios cerrados. Y si se tiene algún síntoma, aislarse.
Recordó que si bien México enfrenta un alza importante en los contagios (tan sólo este viernes se notificaron 34 mil 567 nuevos casos), esto no se ha traducido en mayor hospitalización, “no es proporcional. Es muchísimo menor, en relación con los contagios”.
El impacto de esta quinta ola, explicó, ya no es en la demanda de servicios hospitalarios, sino en el primer nivel de atención, los consultorios, “porque los síntomas son más leves y ya no requieren intervenciones médicas de especialidad”. Los pacientes son atendidos por médicos familiares, quienes suelen indicar medicamentos para controlar la sintomatología, porque no hay tratamiento directo contra el covid-19.