Los habitantes de Tzucubal, el pueblo guatemalteco de donde eran originarios Pascual Melvin Guachiac Sipac y Wilmer Tulul, de 13 y 14 años, respectivamente, quienes murieron asfixiados dentro de un tráiler en San Antonio, Texas, en su intento por migrar a Estados Unidos, se volcaron ayer en apoyo a las familias de los menores. El cadáver de Guachiac Sipac es el primero en ser repatriado de los 21 guatemaltecos muertos en esta tragedia. Su familia lo enterró entre llantos y sermones religiosos, mientras se esperaba que ayer llegara al país el cuerpo de Wilmer. “Yo lo estaba esperando allá (Estados Unidos)”, dijo Casimiro Guachiac, padre de Pascual, conmocionado y cansado de velar desde la noche de antier.