Londres. Las señales tradicionales de una crisis de la deuda, como el desplome de las divisas, diferenciales de los bonos de mil puntos básicos –equivalentes a 10 por ciento– y reservas de divisas que desaparecen, apuntan a un número récord de países en desarrollo que ahora están en problemas.
Líbano, Sri Lanka, Rusia, Surinam y Zambia ya están en situación de impago; Bielorrusia está al borde y al menos otra decena se encuentra en zona de peligro, ya que el aumento de los costos de los préstamos, la inflación y la deuda avivan el temor a un colapso económico.
La suma de los costos es llamativa. Utilizando los diferenciales de los bonos de mil puntos básicos como umbral, los analistas calculan que hay 400 mil millones de dólares de deuda en riesgo. Argentina es el país más expuesto con 150 mil millones de dólares; le siguen Ecuador y Egipto, con entre 40 mil millones y 45 mil millones de dólares.
En Argentina, el peso se negocia con un descuento de casi 50 por ciento en el mercado negro, las reservas son críticamente bajas y los bonos se negocian a sólo 20 centavos de dólar, menos de la mitad que después de la restructuración de su deuda en 2020.
En Ucrania se tendrán que restructurar más de 20 mil millones de dólares de deuda, luego de la invasión rusa. En septiembre deben pagarse mil 200 millones de dólares y si bien el dinero de ayuda puede servir, la estatal Naftogaz ha pedido una congelación de la deuda durante dos años; los inversores sospechan que el gobierno hará lo mismo.
En Túnez el déficit presupuestario es cercano a 10 por ciento. Egipto tiene una relación deuda/PIB cercana a 95 por ciento y Kenia destina cerca de 30 por ciento de sus ingresos al pago de intereses.