Ciudad de México. Por mecanismos inexplicables y asaz pertinentes, el cine posee la cualidad de estrenarse en momentos en que la sociedad experimenta los mismos temas expuestos en ciertos filmes. Así, con esos mecanismos subconscientes pero evidentes fue que el estreno mundial y continental del cortometraje animado La melodía torrencial (México-Canadá, 2022), escrito y dirigido por José Luis Saturno, aborda el tema de la sequía en el norte del país en un momento en que estados como Nuevo León, Sonora, Querétaro, Chihuahua o Coahuila atraviesan una severa crisis por la escasez de agua potable.

Aunque se trata de un filme fantástico realizado con técnica de cuadro por cuadro (stop-motion en inglés), la historia, situada en una localidad imaginaria, la Villa de Reyes, en realidad es una combinación de la Comarca Lagunera con el pequeño poblado durangueño de Peñón Blanco.

“Siempre quise, de alguna manera, aportar algo a la cultura literaria de mi región, en mi caso por medio de mi arte que es el cine y cuando se me presentó esta historia y me di cuenta que tenía potencial fue que decidí hacerlo un cuento de hadas que te permite el proceso de identificación del público de una manera más amplia”, explica el cineasta nacido en Torreón en 1984, pero radicado en Canadá, donde estudió la Licenciatura en Bellas Artes en la Universidad Concordia de Montreal.

La producción independiente de Enjambre Hexagonal tendrá su estreno continental en el vigésimo sexto Fantasia Film Festival de Montreal, el mayor acto de cine fantástico de toda América, a realizarse durante tres semanas entre el 14 de julio y el 3 de agosto, como parte de la sección Los fines de semana fantásticos del cine quebequense (Les Fantastiques Week-Ends du Cinéma Québécois), junto con otros 72 trabajos.

Previamente, esta animación mexicana tuvo su estreno mundial al formar parte de la selección oficial del trigésimo segundo Festival Mundial de Cine Animado Animafest de Zagreb, en Croacia, como parte de la competencia Films for Children 4 (para mayores de 15 años), el pasado martes 7 de junio, donde obtuvo una Mención Especial del jurado infantil.

En México, empero, La melodía torrencial no ha sido seleccionado en ningún festival nacional.

La lluvia y la música

El personaje principal es Fluvio, un acordeonista errante de ojos negros pura pupila sin iris, cabellos canos e hirsutos, manos largas y finas, traje negro de cuello Mao y botonadura cobriza, que fuma pipa y viaja en bicicleta, pero que al interpretar polcas logra atraer la lluvia a sitios desérticos con una sola advertencia: una vez que inicie su interpretación no dejará de digitar el instrumento sino hasta que termine la melodía, esa que puede devenir en devastadoramente torrencial, como advierte el título del filme.

Escena del filme animado escrito y dirigido por el mexicano José Luis Saturno. Foto cortesía de Enjambre Hexagonal.

“Nace de múltiples referencias. Necesitaba crear un personaje que diera la sensación de ser muy antiguo: su cabello es como si salieran relámpagos de su cabeza; la falta de ojos era retirarle una parte muy humana y compasiva, para volverlo una suerte de semidios; la vestimenta oscura lo vuelve una especie de sacerdote que tiene una misión en la tierra, y el acordeón lo carga con correas como si fuera una mochila porque no puede soltar el poder que le ofrece. Y no es libre porque no puede negarse a tocar”, remata.

La voz del Fluvio, el acordeonista, es la del actor de doblaje mexicano Gabriel Chávez, conocido por su participación en series animadas como Los Simpsons, ¡Oye, Arnold! o Daria además de Los Expedientes Secretos X, entre otras. Saturno escribió el filme con la idea de contar con su voz desde el principio, incluso lo soñaba, pero aunque lo contactó en 2011 nunca recibió respuesta hasta que, pasando los años, fue protagonista de su cortometraje La sagrada solución (México, 2015).

“Lo traje a Torreón y grabamos el audio en 2017 y le conté la historia de los seis o siete años que esperé la posibilidad de trabajar con él, en un camino serpenteante y muy largo”, rememora aún sorprendido de las casualidades.

Polca canadiense y mexicana

El acordeonista diatónico Robin Servant –quien también musicalizó su cortometraje previo El mimo y la mariposa negra (México-Canadá, 2011)–, compuso la melodía de esta película basado en la música tradicional de Quebec que claramente se encuentra influenciada por la proveniente de la Europa del Este, presente a su vez en la polca alemana que se toca en el norte de México. “No dejan de ser latinos los franceses quebequenses. Encontramos este entendimiento estético y artístico, una unión muy especial, al grado que, en un viaje por Italia, cuando hacía ejercicios con acordes me di cuenta que ya tenía la canción de mi próxima película aunque aún no tuviera la historia. Así empezó el proyecto”, relata Saturno.

A partir de esa música escribió el poema en una sola noche en aquel verano de julio de 2011 y que le sirvió como guion.

Desde su perspectiva como realizador, la animación cuadro por cuadro es el perfecto sueño obsesivo-compulsivo de todo director porque le permite controlar todos los elementos en pantalla, incluso los más pequeños. Mientras que en el cine de acción o con actores (live action), a menudo se juega con el error, en el esta técnica todo se calcula en papel mucho antes de llegar a la filmación, piensa.

“Además, cada elemento adquiere una significancia simbólica. Hay quien me dice que es un cine surrealista y no es cierto porque es un proceso distinto, pero trata con el simbolismo, en el que todo significa algo, y ahí esta técnica te da todas las ventajas para ampliar tu campo, desde la colorimetría o las formas, puedes jugar con toda clase de elementos y unificarlos en un solo mensaje”, concluye.