Misiles rusos alcanzaron ayer la ciudad central de Vinnytsia y causaron al menos 23 muertos, tres de ellos niños, 90 heridos y 39 desaparecidos, en lo que el presidente ucranio, Volodymir Zelensky, calificó como un “acto abiertamente terrorista”, y el Ministerio de Defensa de Rusia aseguró que el bombardeo fue dirigido a “un punto de despliegue provisional de nacionalistas”.
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, exigió que los responsables rindan cuentas. La UE también condenó los bombardeos y los calificó de “atrocidad”.
Funcionarios ucranios dijeron que misiles crucero Kalibr lanzados desde un submarino ruso en el mar Negro alcanzaron blancos civiles en Vinnytsia, 268 kilómetros al suroeste de Kiev.
El gobernador de la región Serhiy Borzov, dijo que la defensa antiaérea derribó dos de los cuatro misiles lanzados.
La directora de la cadena televisiva RT y del grupo mediático Rossiya Segodnya, Margarita Simonian, afirmó: “Le pregunté al Ministerio de Defensa ruso a dónde fue dirigido el ataque en Vinnyt-sia. Respuesta: ‘A una casa de la cultura militar, allí se encontraba un punto de despliegue provisional de nacionalistas’”.
En una reunión a distancia entre la Corte Penal Internacional, la Comisión Europea y Países Bajos, Zelensky reclamó la creación de un “tribunal especial” para juzgar a Moscú.
“Cada día, Rusia mata a civiles, mata a niños ucranios, lanza misiles contra blancos civiles donde no hay nada militar. ¿Qué es esto sino un acto abierto de terrorismo?”, denunció.