El Museo Nacional de Diseño Cooper-Hewitt, con sede en Nueva York, es el único en Estados Unidos dedicado a la historia del diseño y el de tipo contemporáneo. Posee una espléndida colección. Ahora muestra parte de ella en un recuento de las epidemias en el mundo y aborda la más reciente: la del covid-19 y sus variantes.
Para ello muestra el efecto que ha tenido desde 2019 en la medicina, los servicios sanitarios, la industria farmacéutica, los procesos arquitectónicos para establecer lugares destinados a atender a miles de pacientes, en especial en los países pobres. Igualmente las prácticas sociales, marcadas por el aislamiento y el uso de utensilios diversos para evitar contagios.
Larga es la historia de las pandemias. Una, la malaria, el año pasado ocasionó en el mundo más de 600 mil víctimas mortales. Erradicada en casi todos los países, hace estragos especialmente entre niños menores de cinco años en África subsahariana.
Una más referida en la exposición es la peste bubónica, que afectó a 45 millones de personas en Europa y Asia. Agreguemos la de cólera, que se cebó entre la población más desvalida. Fue John Snow (1813-1858), considerado el precursor de la epidemiología, quien demostró en la ciudad de Londres que el cólera se debía al consumo de agua contaminada con materias fecales. La medicina adecuada para combatir el mal: agua limpia.
Otro mencionado es el alemán Robert Koch (1843-1910), quien descubrió la bacteria que ocasionaba la tuberculosis. En Europa y Estados Unidos uno de cada siete habitantes moría de esa enfermedad y, como en muchas otras empidemias, las víctimas eran y siguen siendo quienes viven en pobreza.
En el caso del covid-19 y sus variantes, se recalca la falta de equidad que existe para combatirlo y cómo el racismo y la pobreza son asesinos silenciosos. Eso ocurre con las vacunas, acaparadas por los grandes centros de poder político y económico. El nuevo virus mostró además la fragilidad y carencia de los sistemas de salud en la mayoría de los países, lo que impide atender adecuadamente a los pacientes.
En la exposición se ilustra la solidaridad hacia los enfermos. Sobresale la de la comunidad cultural y artística que, por diversos medios, recuerda que la del covid-19 no es la última pandemia. Otras más afectarán a la humanidad.