“Una de cada tres adolescentes ha padecido violencia de género y 12.8 por ciento de mujeres, de entre 15 y 17 años, declaró haber sufrido alguna forma de violencia de tipo sexual en el ámbito escolar”, señaló Diana Fuentes, profesora investigadora del Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco.
En el seminario permanente para combatir y prevenir la violencia de género, cuyo tema fue “Educación: violencia de género en las instituciones de educación superior. Avances, retos y pendientes”, organizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), añadió que existe una “brecha de género que aqueja a las instituciones de educación superior” y, en general, “a los espacios educativos.
Asimismo, en la “toma de decisiones en la investigación y en las instituciones que producen el conocimiento y la investigación (…) todavía en estas fechas vemos que son pocas las mujeres en los espacios de toma de decisión”.
Prevención y sanciones
Lourdes Pacheco Ladrón de Guevara, investigadora de la Universidad Autónoma de Nayarit, presentó el estudio “Desarticulando la violencia juvenil y de género en instituciones de educación superior en México”, que tiene entre sus propuestas establecer una “certificación en educación no violenta para todo el profesorado y funcionariado de la educación superior” y “establecer políticas institucionales consensuadas que atiendan, prevean y sancionen las violencias con perspectiva de género y juvenil”.
De igual forma busca desplegar campañas cibernéticas de relaciones sin violencia a partir de la población estudiantil, académica y administrativa.
El proyecto parte del marco normativo que “la violencia es una relación de poder” y “cuestiona los argumentos biologicistas” que sostienen la construcción de los géneros tradicionales.
La especialista indicó que las desigualdades que enfrentan las mujeres “se trasladan a las universidades y se sostienen”, por lo que debe haber cambios.
En este trabajo de tres años (2022-2024) participan siete universidades autónomas, entre las que se encuentran las de Sinaloa, Yucatán y Tlaxcala, y es encabezado por la casa de estudios nayarita.
Colaboran dos centros del Conacyt: el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) y El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), y una universidad privada, la Iberoamericana de la Ciudad de México.